miércoles, 20 de julio de 2011

La embriaguez de Noe y la maldición de Canaan

Antes del Mabul (diluvio), Noaj (Noé) había estado al servicio de Hashem (D-s). Cuando salió del arca, sintió  que tenía la responsabilidad de cultivar nuevamente la tierra devastada y se volvió un  labrador dedicado. Este cambio de actividad fue el primer paso hacia la degradación  que finalizó en desgracia y maldición para su descendencia.
Noaj había llevado ramas de parra al arca, y decidió empezar a cultivar nuevamente la  tierra plantando un viñedo.
Se equivocó en su elección, ya que en primer término debió haber plantado trigo, o algún  otro grano vital, para la supervivencia de la humanidad.

Cuando Noaj estaba por plantar el viñedo, apareció Satán.
- ¿Quieres que seamos socios en hacer crecer el viñedo? preguntó Satán.
- Sí - respondió Noaj.
Satán se fue y volvió con un corderito en sus brazos. Lo mató sosteniéndolo sobre el  viñedo. Vino por segunda vez con un león. Lo mató y con la sangre saturó al viñedo. Luego  trajo un mono, lo mató y roció el viñedo con su sangre. Finalmente vino con un cerdo, lo  mató y con su sangre tiñó la tierra bajo el viñedo.
Por eso, beber excesivamente conduce a resultados satánicos.
Si un hombre toma una copa de vino se asemeja al cordero, dócil y pacífico. Si toma dos  copas se asemeja al león, jactancioso de los grandes proyectos que llevará a cabo. Luego  de tres copas, baila como un mono. Después de cuatro copas, vomita y se revuelca en el  fango como el cerdo.
Noaj se regocijaba cuando veía cómo el viñedo crecía a una velocidad increíble. Floreció,  maduró y la fruta estuvo lista el mismo día que la plantó. Noaj cosechó las uvas y probó  el vino. Luego de la primera copa, Noaj tomó una segunda y una tercera.
La alegría de Noaj debe considerarse en contraposición a la desolación y a la tristeza de la  tierra después del Diluvio. El vino recién triturado representaba el nuevo comienzo de la  fertilidad de la tierra. Con razón Noaj, en su alegría no se limitó a tomar una pequeña cantidad.
Cuando Canaan, el nieto de Noaj entró a la tienda de su abuelo lo encontró yaciendo ebrio  y descubierto. Corrió a informar a su padre Jam (Cam) y éste al escuchar la noticia fue a ver a su  padre y lo maltrató en forma depravada- castró a Noaj El motivo de este hecho  despreciable era impedir que Noaj engendrara un cuarto hijo que tuviese una  participación en la herencia del mundo junto a él. Jam fue a informarle a sus hermanos en  tono burlón - Adam tenía sólo dos hijos y uno mató al otro para ser el único heredero del  mundo. Este tiene tres hijos y aparentemente quiere tener un cuarto.
Ambos hermanos estaban muy enfadados por la conducta de Jam.  Shem trajo una  manta para cubrir a su padre y Iefet lo ayudó. Retrocedieron cubriendo sus rostros con  las manos y cubrieron a Noaj sin mirar su cuerpo descubierto.
Todos los hijos de Noaj fueron recompensados de acuerdo a su comportamiento.
Los descendientes de Shem, el pueblo judío recibieron el talit (una prenda con tzitzit o flecos rituales)para cubrirse.
Los hijos de Iefet recibieron la promesa de una sepultura honorable en Eretz Israel como dice (Iejezquel :), “ Yo daré a Gog (descendiente de Iefet) un lugar apropiado para sepultura”.
A Jam, Hashem le dijo: “Despreciaste a tu padre y por lo tanto te juro que te pagaré en la misma medida -Así llevará el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y a los deportados de Kush (Egipto y Kush eran descendientes de Jam), a jóvenes y a ancianos, desnudos, descalzos y descubiertas las nalgas para vergüenza de Egipto”. (Ieshaiahu 20:4)

Cuando Noaj despertó de su embriaguez, se dio cuenta de lo que le había hecho su  indigno hijo Jam. Por lo tanto, lo maldijo -En retribución por haberme impedido engendrar  un cuarto hijo, yo maldigo a tu cuarto hijo. Así como tú me impediste engendrar un hijo  que estuviera a mi servicio, que tu cuarto hijo se transforme en un esclavo al servicio de  sus hermanos.
Noaj no maldijo a Jam mismo sino que maldijo solamente al hijo de Jam ya que Hashem ya  había bendecido a Noaj y a sus hijos. Una vez que Jam tenía la bendición de Hashem, la  maldición de un ser humano no tendría efecto.
Los africanos acusaron a los judíos en la corte de Alejandro Magno. -La tierra de Canaan  nos pertenece- aseveraron. -La razón por la cual esta tierra lleva este nombre es porque  pertenecía a nuestro antepasado Canaan y los judíos se la arrebataron.
Se debía responder al cargo y los Sabios buscaron a alguien que lo refutara. Un judío, Gueviha ben Pesisa se ofreció para hablar en defensa de los judíos y le dijo a los Sabios - Por favor, permitan que me presente en la corte de Alejandro. Si la otra parte gana podrán decir - Nuestro delegado era un hombre simple. Si yo gano, digan le que la Torá salió victoriosa.
Los Sabios aceptaron la propuesta.
Gueviha preguntó a los africanos en presencia de Alejandro
-¿En qué se basa vuestro reclamo?
-En las Escrituras- contestaron.
-Si es así- dijo Gueviha -Yo lo voy a refutar basándome en las Escrituras. Dice (:) “Y  Noaj dijo, ‘Maldito seas Canaan, esclavo de esclavos habrás de ser para tus hermanos.  Veamos, si un esclavo adquiere algo, ¿no le pertenece esa propiedad a su amo? En  realidad, el esclavo mismo es propiedad del amo. No sólo la tierra de Canaan nos  pertenece sino que ustedes también son nuestra propiedad y han evadido el estar a  nuestro servicio.
-Respóndanle- ordenó Alejandro, dirigiéndose a los africanos.
-Déjanos tres días para pensar en el asunto- pidieron los africanos. Al no encontrar un  argumento válido huyeron rápidamente.
Este incidente sucedió en un año de Shmita en Eretz Israel, cuando los campos judíos estaban vacios. Los africanos abandonaron sus propiedades y los judíos juntaron la cosecha beneficiándose mucho ese año.
Previendo que el pueblo judío descendería de Shem, Noaj lo bendijo: “Bendito sea el D-s  de Shem” exclamó. “La Shejiná (Santa Presencia) aparecerá entre los descendientes de Shem, los Benei  Israel”.
Dirigiéndose a Iefet, Noaj lo bendijo proféticamente. “Engrandezca Hashem a Iefet. Uno No obstante,  La historia de la embriaguez de Noaj es una de las parshiot que nos sirven como  advertencia sobre beber vino, similar a la parshá del nazir. El término ‘vino’ en el idioma  de nuestros sabios es sinónimo de ‘placer’. (Así, el placer de sentir la shejiná en el futuro  se lo describe como ‘el vino reservado de las uvas de los Seis Días de la Creación’). El que  pasa su vida buscando el ‘vino’ de este mundo terminará degradándose.

Aún después del Mabul Noaj vivió lo suficiente para ver a sus tres hijos ramificarse en  setenta naciones y al mundo restablecerse. Noaj continúo con vida durante la  Generación de la Dispersión y vió aún a Abraham Avinu para transmitirle su conocimiento  de primera mano del Mabul (Diluvio).

Rab Berl Schtudiner

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