domingo, 4 de septiembre de 2016

El sionismo, sin judaísmo, a veces no dura más de una generación.

A veces la manzana cae lejos del árbol

Una posible moraleja: El judaísmo pudo existir dos mil años sin sionismo, pero el sionismo, sin judaísmo, a veces no dura más de una generación.

Un recorrido por la vida de los descendientes de Teodoro Herzl, David Ben Gurion e Itzjak Rabin permite concluir al autor que el sionismo sin judaísmo a veces no dura más de una generación.

Tres de las personas mas importantes en la milenaria historia del pueblo judío vivieron durante el pasado siglo 20. Teodoro Herzl, (1860-1904), fundador del Movimiento Sionista; David Ben Gurion, (1886-1973), fundador del Estado de Israel; e Itzjak Rabin, (1922-1995), dos veces primer ministro de Israel, quien fue asesinado a quemarropa por un extremista.

El impacto de estas tres personalidades ha sido enorme en la historia del pueblo judío, pero no se puede decir lo mismo respecto a su influencia en sus respectivas familias.

Itzjak Rabin tenía conceptos muy definidos acerca de los "yordim", emigrantes de Israel a otros países. Los calificaba de débiles de carácter, desertores y cobardes".

Y, por lo menos en una oportunidad, en un discurso publico durante su primer gobierno, los describió usando la palabra yiddish dreck, que no tengo intención de traducir. (N. de R.: “dreck” significa “mierda”)

Su hijo, Yuval Rabin, después de la muerte de su padre, activo brevemente en política, y luego emigró a los Estados Unidos, donde, desde hace varios años, vive en Washington y es socio en una firma de consultoría.

Para aumentar sus ingresos da charlas a sinagogas y a centros comunitarios sobre el "legado" de su padre, y los acontecimientos actuales en Israel, que, según él, "le preocupan".

David Ben Gurion tuvo dos hijas y un hijo, Amos, quien ocupo un Alto cargo en la policía israelí, y luego fue gerente de una fabrica textil.

Amos se casó con una irlandesa que se convirtió al judaísmo, con la cual tuvo dos hijas, (hoy casadas, viviendo en Raanana), y un hijo Alon, quien desde hace muchos años reside en Nueva York, casado con una mujer griega, no judía.

Alon trabaja en el Hotel Waldorf Astoria, y también, ocasionalmente, da conferencias sobre temas relacionados con Israel, especialmente acerca del desierto Negev, cuyo desarrollo era el sueño de su ilustre abuelo.

El destino de la descendencia de Herzl fue trágico. De sus tres hijos la hija mayor, Paulina (1890-1930), se volvió drogadicta, y murió en un hospital en Francia.

Su hijo Hans, (1891-1930), quien fue circuncidado a la edad de 15 años, era maniaco depresivo. Su interés en religión lo indujo a convertirse al cristianismo. Se suicido el día que Paulina fue enterrada.

La hija menor, Margarethe, llamada Trude, (1893-1943) fue asesinada por los nazis en Theresienstadt. El hijo de Trude, el único nieto de Herzl, Stephan Theodor Neum, (1918-1946), creció en Inglaterra donde se cambio el apellido a Norman.

Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como capitán en el ejército británico. Después de la guerra trabajo como consultor económico en la Embajada Británica en Washington, donde se suicido saltando de un puente al rio.

Una posible moraleja: El judaísmo pudo existir dos mil años sin sionismo, pero el sionismo, sin judaísmo, a veces no dura más de una generación.


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