Escrito por: Rav Berl Schtudiner ©
En el año 1991 más precisamente el 17 de Enero, Irak comenzó a atacar a Israel. Sadam Husein tenía cerca de 800 misiles Scud de los cuales empleo unos 90 que fueron disparados a blancos en Israel, también a Kuwait y Arabia Saudita.
Escrito por: Rav Berl Schtudiner ©
No es el afán relatar los hechos políticos que sucedieron, sino algunas cosas que pasaron en esta guerra, que escapan de lo cotidiano.
miércoles, 24 de febrero de 2010
martes, 16 de febrero de 2010
El Islam y los Judios
Mientras que el cristianismo había demorado tres siglos y medio para atraer a las masas y alcanzar una posición dominante en el mundo romano, su principal competidor, la fe del Islam, conquistó una gran parte del mundo mediterráneo y se estableció como imperio desde la India hasta España, en menos de setenta años. La Iglesia bizantina intentaba imponer su versión del cristianismo (griego ortodoxo) en toda Europa, Norte de África, Asia Menor y el Oriente Medio y parecía haber vencido a todos sus enemigos, llegando a su punto culminante en la primera parte del siglo VII. Repentinamente, el Islam barrió desde el desierto de Arabia, y el cristianismo fue obligado a retroceder geográfica, política y psicológicamente. Precisamente en aquella época, la iglesia bizantina parecía lograr su propósito “sagrado” de erradicar totalmente el judaísmo. Los exiliados judíos sufrieron a manos de los bizantinos aun más que lo padecido bajo el antiguo régimen de Roma, y se perdió totalmente el rastro de muchas comunidades que estuvieron bajo el dominio de los pueblos bárbaros que arrasaron gran parte de Europa Occidental. Por otro lado, los judíos de Bavel que habían vivido un clima de tranquilidad durante el período de los Amoraím hasta Rav Ashi - el recopilador de la Guemará, comenzaron a sufrir luego de su muerte la opresión de los emperadores sasánidas persas, que copiaron a los bizantinos al tratar de imponer obligadamente su credo a los judíos. Bajo sus garras, se cerraron las Ieshivot de Sura y Pumbedita. Cuando Heraclio - el emperador bizantino - venció a los sasánidas, el temor de las comunidades de Bavel creció aun más, pues nada bueno auguraba su soberanía.Ya el remanente de judíos en Israel había estado sufriendo bajo la represión de Heraclio, que los acusó de haber cooperado con los persas, y había ordenado bautizar a todos los judíos de su imperio luego de masacrar a los judíos en Israel. También los reyes visigodos (de España) Recaredo - convertido al catolicismo, Sisebuto, Chintila y Égica, demostraban su celo cristiano persiguiendo a los pobres judíos y progresivamente realizando conversiones forzosas, imponiendo decretos crueles y finalmente prohibiendo la religión judía en su territorio. Pero finalmente - Bizancio fue derrotada, y su plan de hegemonía en Asia Menor y la cuenca mediterránea, fue frustrado por la marea creciente del Islam que providencialmente permitió a los judíos existir entre las grietas del Islam y la iglesia bizantina. A comienzos del siglo VIII también la península ibérica cayó en manos musulmanas.
LA FUNDACIÓN DEL ISLAM
El fundador del Islam fue Mahoma, quien quedó huérfano siendo aún joven, y vivía en la Meca (cerca de la costa occidental, en el centro de la península arábiga).Mahoma, como otros en su época quedó fascinado con la idea del monoteísmo. Este concepto era revolucionario para las tribus nómades, primitivas y paganas que componían en aquellos tiempos la enorme y desértica península árabe. Decidió entonces, terminar con las formas paganas de sus paisanos árabes. Poco después empezó a caer en trances, y anunció que estaba experimentando visiones, afirmando que desde el cielo le habían encomendado salvar al mundo árabe, y transmitir sus profecías al resto de la humanidad. Su mensaje, a diferencia del cristianismo, fue un atribución de política y poder. Reprobó las debilidades del mundo árabe del siglo VII (a comparación de los imperios bizantino y persa) y vio como su misión construir una nueva religión, y aun más importante, cimentar el imperio. La Meca había sido una parada fija en la ruta de la seda y de las especias de la India y Asia varios siglos antes de Mahoma la convirtiera en una ciudad sagrada. En aquel entonces era también la ciudad espiritual venerada por todas las tribus locales, porque allí está la Kaaba (una piedra grande negra), que todos respetaban a pesar de las diferencias entre ellos. Los habitantes de la Meca vivían gracias a las peregrinaciones que los árabes hacían a esa piedra. Medina es una ciudad ubicada en otro oasis al norte de La Meca, y se constituyó en el segundo lugar más sagrado del Islam. En Meca y especialmente Medina había también fuertes comunidades judías, integradas principalmente por comerciantes y artesanos. (El origen de los judíos en la península arábiga es incierto. Muchos pueden haber sido refugiados de las persecuciones romanas y persas, mientras que también existen leyendas que relatan acerca de grupos enteros que se han convertido al judaísmo guiados por los judíos expatriados.) Estos judíos no eran especialmente estudiosos – el hecho es que no había ninguna Yeshivá en Arabia – pero su lealtad al judaísmo era muy profunda. Es a partir de estos judíos - no muy eruditos - que Mahoma desarrolló sus conocimientos del judaísmo, y esta superficialidad de sapiencias es lo que contribuyó a muchas de las inexactitudes sobre la Torá y la Emuná que llenan el Corán. El Corán es el libro básico de la fe, la práctica y la teología musulmana, y afirma de manera inequívoca que D–s es Singular, Eterno (no “nacido”), y Omnipotente. Contiene el recuento de las revelaciones que según Mahoma se le hicieron durante los períodos de la profecía.
LA INFLUENCIA DEL JUDAÍSMO SOBRE EL ISLAM
Al igual que muchos de los árabes, también él se consideraba descendiente directo de Avraham a través de Ishmael, hijo de Hagar. En el año 610 (de la era común), Mahoma comenzó a predicar su nueva religión en público. Creía que la descendencia espiritual verdadera de Avraham era a través de Ishmael - y no de Itzjak (como decimos los judíos), aunque concedía que también Itzjak debía ser respetado como profeta en la jerarquía del Islam. Fue así, que originalmente, muchas de las costumbres y los rituales judíos se incorporaron en el Islam a través de Mahoma. El consumo de cerdo estaba prohibido, se debían recitar las oraciones obligatoriamente mirando a Ierushalaim y se institucionalizó la práctica de la circuncisión - algo que solían hacer rutinariamente desde la época de Avraham e Ishmael -pero transformada por Mahoma en una declaración de fe en el D”s único. La idea del monoteísmo musulmán puro es, sin duda, de origen judío. Su calendario sería lunar y se decretó que el gran día de ayuno anual el décimo día del primer mes de su calendario, al igual que Iom Kipur. Puesto que había incorporado tantas prácticas judías, Mahoma esperaba recibir el apoyo y la aceptación de las comunidades judías de Arabia. Sin embargo, y aun a punta de espada, no fue aceptado ni apoyado por ellos, lo cual lo llevó a guerrear en contra de ellos, e incluso renegar de algunas de sus prácticas originarias. Cambiaron pues ciertas leyes: el día de ayuno anual inicial pasó a ser un mes de ayuno diurno y reflexión - el Ramadán; la circuncisión se siguió manteniendo, pero desempeñando un papel diferente del que tiene en el judaísmo; el número de la oraciones diarias aumentó de tres a cinco y recitadas mirando hacia La Meca en lugar de Ierushalaim. El Shabbat fue abolido, y, en cambio, el día santo musulmán sería el viernes, pero no como día de descanso y reunión familiar, sino como espacio de de reunión pública para el culto.
EL GOBIERNO DE LA ESPADA
Los habitantes paganos de La Meca se opusieron violentamente a sus pretensiones de ser profeta y a sus enseñanzas. La tribu de Quraysh, el clan dominante en La Meca, veía a Mahoma como un elemento perturbador y potencial usurpador de su poder. Lo obligó a huir de La Meca, y en el año 622 (que posteriormente se convierten en año 1, en el calendario musulmán) se instaló en Medina. El año de la huída de Mahoma a Medina es conocido como el año de la Hégira. En Medina, durante su exilio forzoso y donde tuvo un gran número de seguidores, reformuló y difundió muchas de las ideas centrales de su nueva fe. Predicó la conversión a su fe aun si fuese impuesta por la fuerza, y, a partir de esta enseñanza, sus secuaces fanáticos disfrutarían el derramamiento de sangre, sobre todo porque estaba sancionado por sus dictámenes religiosos. Mahoma pronto derrotó a sus hermanos árabes paganos en Medina, obligándolos a aceptar su nueva religión. Muchos cristianos fueron condenados a muerte por su negativa a abandonar su fe y abrazar el Islam. Sin embargo, la mayoría de las tribus paganas se convirtieron espontáneamente, y, de hecho, formaron los ejércitos que extenderían la nueva fe en todo el mundo. Una vez que había acabado con los árabes de Medina, volvió su atención a los judíos. Si bien en el Corán, los judíos son los que anuncian la venida del gran profeta Mahoma a sus malvados vecinos árabes, en la vida real gracias a su indignación por haber sido despreciado, Mahoma les hizo la guerra y arrasó con ellos (la solución lógica del “problema judío”). En algunos casos se les permitió exiliarse llevándose solamente una parte de sus bienes, y en otras oportunidades se los masacró sin piedad. En el año 630 Mahoma y sus guerreros derrotaron a la tribu Quraish y ocuparon La Meca donde destruyó los lugares de culto antiguos. Convirtió la Kaaba, en un templo de Avraham e Ishmael. También allí ejecutó a muchos de sus antiguos adversarios, y, como lo había hecho en Medina, diezmó a la comunidad judía. Poco después se estableció que ningún no-musulmán podría entrar a La Meca, y menos aun habitan allí. Los judíos sobrevivientes de La Meca y Medina huyeron a Yemen y a otras partes del Oriente Medio, y por sobre todo, a Siria. Mahoma regresó a Medina, para habitar allí por el resto de su vida como patriarca, juez y legislador de la nueva fe del Islam. Pero la espada de Mahoma, una vez desenvainada, seguiría su viaje en todo el mundo en misiones de conquista y conversión violenta.
LA EXPANCIÓN DEL ISLAM
Cuando Mahoma murió en el 632, tan sólo diez años después de la Hégira, la religión del Islam se limitaba a las ciudades de Medina y La Meca y algunos enclaves dispersos de Arabia. Mahoma, no había tomado medidas para determinar su sucesión, tal vez por sentirse inmortal. Su más cercano pariente masculino era su primo Alí, quien se había casado con su hija Fátima. Sin embargo, la mayoría de los miembros de la tribu que habían apoyado a Mahoma en sus guerras, y sobre todo el pueblo de Medina, repudió la pretensión Alí al liderazgo y nombró a Abu Bakr como su líder, y sucesor del profeta (califa). Él, a su vez, fue luego sucedido en su puesto por Omar. Omar entendió que había mucho disenso entre los propios musulmanes. Las ciudades de Medina y La Meca se veían como competidoras mutuas, más que como aliados. Para hacer frente a la situación, recurrió a la antigua táctica de los dictadores para abortar la rebelión interna: se embarcó en guerras de conquista en el extranjero. Los resultados de esta guerra superaron las expectativas más altas del califa: conquistó Persia, la Mesopotamia y Egipto. Fue así, que el Islam llegó a Babilonia - y a los judíos de Bavel... Ninguna otra religión había experimentado una expansión tan rápida en adherentes y en el control del territorio como lo hizo el Islam en el siglo siguiente. Desde África hasta el Cáucaso y de la India a España, la nueva religión muy pronto fue dominante. Tanto los imperios bizantino como los persas se habían desangrado por durante las guerras que habían sostenido y no pudieron hacerles frente.
LOS SUNITAS Y CHIÍTAS
Los musulmanes se dividieron apenas comenzaron a crecer (no muy distinto a lo que sucedió en el cristianismo).Sin embargo, en el Islam, no se trataba tanto por una cuestión de doctrinas o creencias, sino puramente por el poder y los derechos de herencia. El grupo principal de los musulmanes, los seguidores de Abu Bakr y Omar, que se conocen hasta hoy como los “sunitas”, fue el grupo más numeroso y poderoso (y moderado) en el Islam. Sin embargo, un número considerable de fieles (los “chiítas”) siguieron Ali, yerno de Mahoma. Estas contiendas antiguas de poder persistieron durante los próximos catorce siglos. Simultáneamente, esta división permitiría a los judíos convertirse en “necesarios” en la sociedad islámica, ya que poseían mucha experiencia y estudio y podían aportar mucho a los unos y a los otros. Para sobrevivir en el mundo musulmán, los judíos sólo necesitaban mantener un perfil bajo, permanecer en un lugar moderado en la sociedad y demostrar sumisión y respeto a los gobernantes.
OMEYAS Y ABASIDAS
La primera dinastía sunita de califas que encabezaron el gobierno se conoce como omeyas. Esto siguió siendo así, pese a la oposición constante de Alí y sus descendientes. Pero los omeyas se ganaron muchos enemigos. En el año 750, los enemigos chiítas se unieron a sus adversarios y derrocaron a la de los omeyas. Un nuevo califa, descendiente de Abbas, tío de Mahoma, inauguró la dinastía abasí, que gobernó durante más de cinco siglos. Trasladó la capital principal del mundo árabe de Damasco a Bagdad, situándose en las proximidades de la comunidad judía de Bavel. Esta demostraría ser una bendición a medias, pues aunque los judíos ahora podrían ejercer más influencia en la corte (y volvieron a florecer las antiguas Ieshivot de Sura y Pumbedita), todos los detalles de la vida judía de Babilonia quedaron bajo el escrutinio no siempre amistoso del califa de turno de Bagdad. Mientras tanto, los sobrevivientes omeyas huyeron a España, donde años más tarde, bajo la dirección de Abd ar-Rahman, se establecieron como gobernantes del Califato de Córdova. Allí, en Andalucía, comenzó a desarrollarse libremente la comunidad judía tan castigada por los visigodos, dando comienzo a la edad de oro del judaísmo español (bajo el dominio omeya y almorávide hasta la conquista de los almohades), y fue allí donde más tarde se estableció la primera Ieshivá gracias al liderazgo de Jisdai ibn Shaprut.
JUDÍOS BAJO EL DOMINIO DEL ISLAM
La actitud y la relación de los líderes musulmanes hacia los judíos fueron muy variadas. El propio Mahoma había tenido cierto acercamiento inicial con algunos de los judíos de Medina y la mayoría de los comentarios favorables en los judíos en relación con el Corán emanan de este primer período del ministerio de Mahoma (este texto fue recopilado en numerosas etapas, y, por lo tanto, tiende a ser contradictorio en muchos temas relacionados con la política y la visión del mundo. Es así que contiene por un lado grandes elogios, y por otro, terribles vituperios hacia los judíos). El resto de los judíos, sin embargo, rechazó el Islam y no estaban dispuestos a aceptar su culto (al igual que sus antepasados habían rechazado el cristianismo seis siglos antes), si bien - indudablemente - veían la base monoteísta del Islam como un importante avance por sobre el paganismo árabe anterior. La mayoría de las cosas terriblemente negativas que el mismo Corán dice sobre los judíos y el judaísmo, son el resultado de esta época posterior y la creciente conciencia de Mahoma que los judíos ya no aceptarían el Islam.
Dadas estas dicotomías, nunca fue difícil para los gobernantes musulmanes citar el Corán según su conveniencia para justificar casi cualquier política – favorable, o no - que se estableció con respecto a los judíos. Después del martirio en masa de un número de comunidades judías, los musulmanes replantearon su actitud hacia ellos. Con buen criterio pragmático, abandonaron el genocidio improductivo, y en su lugar decidieron aprovechar los talentos, la posición y las conexiones estratégicas de las comunidades judías establecidas ahora bajo su control.
LOS JUDÍOS DEL YEMEN
El título que se conferiría a los judíos en el futuro sería la “Gente del Libro”, o sea, creyentes en una religión monoteísta, que merecen “mayor respeto” que los idólatras. Así fue que se aseguró a los judíos del Yemen la libertad de culto a cambio del pago de un impuesto per cápita impuesto a todos los no musulmanes. La persecución activa musulmana hacia los judíos, recién ganó fuerza cuando los chiítas tomaron el poder, de manos de los sunitas que habían sido más tolerantes. Bajo su gobierno, los judíos yemenitas sufrieron mucho (a pesar que se mantuvieron firmes en sus convicciones).Bajo sus leyes, los judíos eran considerados “impuros”, y por lo tanto, estaba prohibido que tocaran a un musulmán o el alimento de un musulmán. Eran obligados a rebajarse frente a un musulmán, a caminar del lado izquierdo de él y saludarlo siempre primero. No podrían construir casas más altas que la de los musulmanes, ni montar camellos o caballos, y cuando cabalgaban sobre una mula o un burro, debían sentarse hacia el costado. Al entrar en el barrio musulmán, un judío debería quitarse los zapatos y caminar descalzo. Si era atacado con piedras o a puñetazos por jóvenes islámicos, no le estaba permitido defenderse. En tales situaciones tenía la opción de huir, o pedir la intervención por un transeúnte musulmán misericordioso. Así vivieron los judíos yemenitas durante muchos años. En la época del Ramba”m, dada la presión cruel de los gobernantes, habían judíos yemenitas que se mostraban en público como musulmanes, mientras que en su vida privada mantenían intacta la práctica del judaísmo. Asimismo, apareció en Yemen por aquel entonces, un falso Mashíaj. El Ramba”m los defendió en una de sus cartas más famosas, enfrentándose a quienes opinaban que estos judíos (al igual que sus pares marroquíes de Fez, que habían estado expuestos a una situación similar) debían dar su vida antes de aceptar ser identificados como musulmanes. Ramba”m escribió que no se debía despreciar a los judíos que retornaban (haciendo Teshuvá) de su “vida doble” a la que habían estado expuestos, en particular por el hecho de que el culto del Islam, si bien sus creencias son herejía según la Torá, no constituye Avodá Zará (idolatría).Asimismo, los alentó para que tengan la fuerza de no dejarse llevar por los mesiánicos impostores.
LOS EFECTOS DEL ISLAM
Sin embargo, si bien siguió habiendo una fuerte tendencia entre algunos grupos musulmanes de eliminar a los judíos de su sociedad, los gobernantes en general, tomaron una actitud positiva (cuidando también sus propios intereses), y generalmente protegieron a los judíos expuestos a los estragos de los elementos más radicales. La repentina e imprevista aparición del Islam en la escena mundial, sirvió para resguardar a los judíos de Babilonia de la cruel persecución de los cristianos bizantinos. El esquema político mundial cambió totalmente: a fines del siglo VII, sería la mezquita de Omar, y no una iglesia, la que estaba sobre el Monte del Templo en Ierushalaim. Si bien, en la actualidad es difícil entenderlo, históricamente hemos sufrido más a manos de los cristianos, que por persecución musulmana. Los judíos en Bavel se beneficiaron enormemente a causa de la sustitución del dominio bizantino, por los musulmanes. Al tratar directamente con los califas de Bagdad y otras ciudades de Medio Oriente, los judíos pudieron revitalizar sus sociedades, y en Babel experimentaron un gran florecimiento, que se convertiría luego en la plataforma de la que crecerían las comunidades de Sefaradim y Ashkenazim. Comenzó pues una nueva era (la época de los Gueonim), que marcó la institucionalización definitiva de la vida del Talmud entre el pueblo judío.
LA FUNDACIÓN DEL ISLAM
El fundador del Islam fue Mahoma, quien quedó huérfano siendo aún joven, y vivía en la Meca (cerca de la costa occidental, en el centro de la península arábiga).Mahoma, como otros en su época quedó fascinado con la idea del monoteísmo. Este concepto era revolucionario para las tribus nómades, primitivas y paganas que componían en aquellos tiempos la enorme y desértica península árabe. Decidió entonces, terminar con las formas paganas de sus paisanos árabes. Poco después empezó a caer en trances, y anunció que estaba experimentando visiones, afirmando que desde el cielo le habían encomendado salvar al mundo árabe, y transmitir sus profecías al resto de la humanidad. Su mensaje, a diferencia del cristianismo, fue un atribución de política y poder. Reprobó las debilidades del mundo árabe del siglo VII (a comparación de los imperios bizantino y persa) y vio como su misión construir una nueva religión, y aun más importante, cimentar el imperio. La Meca había sido una parada fija en la ruta de la seda y de las especias de la India y Asia varios siglos antes de Mahoma la convirtiera en una ciudad sagrada. En aquel entonces era también la ciudad espiritual venerada por todas las tribus locales, porque allí está la Kaaba (una piedra grande negra), que todos respetaban a pesar de las diferencias entre ellos. Los habitantes de la Meca vivían gracias a las peregrinaciones que los árabes hacían a esa piedra. Medina es una ciudad ubicada en otro oasis al norte de La Meca, y se constituyó en el segundo lugar más sagrado del Islam. En Meca y especialmente Medina había también fuertes comunidades judías, integradas principalmente por comerciantes y artesanos. (El origen de los judíos en la península arábiga es incierto. Muchos pueden haber sido refugiados de las persecuciones romanas y persas, mientras que también existen leyendas que relatan acerca de grupos enteros que se han convertido al judaísmo guiados por los judíos expatriados.) Estos judíos no eran especialmente estudiosos – el hecho es que no había ninguna Yeshivá en Arabia – pero su lealtad al judaísmo era muy profunda. Es a partir de estos judíos - no muy eruditos - que Mahoma desarrolló sus conocimientos del judaísmo, y esta superficialidad de sapiencias es lo que contribuyó a muchas de las inexactitudes sobre la Torá y la Emuná que llenan el Corán. El Corán es el libro básico de la fe, la práctica y la teología musulmana, y afirma de manera inequívoca que D–s es Singular, Eterno (no “nacido”), y Omnipotente. Contiene el recuento de las revelaciones que según Mahoma se le hicieron durante los períodos de la profecía.
LA INFLUENCIA DEL JUDAÍSMO SOBRE EL ISLAM
Al igual que muchos de los árabes, también él se consideraba descendiente directo de Avraham a través de Ishmael, hijo de Hagar. En el año 610 (de la era común), Mahoma comenzó a predicar su nueva religión en público. Creía que la descendencia espiritual verdadera de Avraham era a través de Ishmael - y no de Itzjak (como decimos los judíos), aunque concedía que también Itzjak debía ser respetado como profeta en la jerarquía del Islam. Fue así, que originalmente, muchas de las costumbres y los rituales judíos se incorporaron en el Islam a través de Mahoma. El consumo de cerdo estaba prohibido, se debían recitar las oraciones obligatoriamente mirando a Ierushalaim y se institucionalizó la práctica de la circuncisión - algo que solían hacer rutinariamente desde la época de Avraham e Ishmael -pero transformada por Mahoma en una declaración de fe en el D”s único. La idea del monoteísmo musulmán puro es, sin duda, de origen judío. Su calendario sería lunar y se decretó que el gran día de ayuno anual el décimo día del primer mes de su calendario, al igual que Iom Kipur. Puesto que había incorporado tantas prácticas judías, Mahoma esperaba recibir el apoyo y la aceptación de las comunidades judías de Arabia. Sin embargo, y aun a punta de espada, no fue aceptado ni apoyado por ellos, lo cual lo llevó a guerrear en contra de ellos, e incluso renegar de algunas de sus prácticas originarias. Cambiaron pues ciertas leyes: el día de ayuno anual inicial pasó a ser un mes de ayuno diurno y reflexión - el Ramadán; la circuncisión se siguió manteniendo, pero desempeñando un papel diferente del que tiene en el judaísmo; el número de la oraciones diarias aumentó de tres a cinco y recitadas mirando hacia La Meca en lugar de Ierushalaim. El Shabbat fue abolido, y, en cambio, el día santo musulmán sería el viernes, pero no como día de descanso y reunión familiar, sino como espacio de de reunión pública para el culto.
EL GOBIERNO DE LA ESPADA
Los habitantes paganos de La Meca se opusieron violentamente a sus pretensiones de ser profeta y a sus enseñanzas. La tribu de Quraysh, el clan dominante en La Meca, veía a Mahoma como un elemento perturbador y potencial usurpador de su poder. Lo obligó a huir de La Meca, y en el año 622 (que posteriormente se convierten en año 1, en el calendario musulmán) se instaló en Medina. El año de la huída de Mahoma a Medina es conocido como el año de la Hégira. En Medina, durante su exilio forzoso y donde tuvo un gran número de seguidores, reformuló y difundió muchas de las ideas centrales de su nueva fe. Predicó la conversión a su fe aun si fuese impuesta por la fuerza, y, a partir de esta enseñanza, sus secuaces fanáticos disfrutarían el derramamiento de sangre, sobre todo porque estaba sancionado por sus dictámenes religiosos. Mahoma pronto derrotó a sus hermanos árabes paganos en Medina, obligándolos a aceptar su nueva religión. Muchos cristianos fueron condenados a muerte por su negativa a abandonar su fe y abrazar el Islam. Sin embargo, la mayoría de las tribus paganas se convirtieron espontáneamente, y, de hecho, formaron los ejércitos que extenderían la nueva fe en todo el mundo. Una vez que había acabado con los árabes de Medina, volvió su atención a los judíos. Si bien en el Corán, los judíos son los que anuncian la venida del gran profeta Mahoma a sus malvados vecinos árabes, en la vida real gracias a su indignación por haber sido despreciado, Mahoma les hizo la guerra y arrasó con ellos (la solución lógica del “problema judío”). En algunos casos se les permitió exiliarse llevándose solamente una parte de sus bienes, y en otras oportunidades se los masacró sin piedad. En el año 630 Mahoma y sus guerreros derrotaron a la tribu Quraish y ocuparon La Meca donde destruyó los lugares de culto antiguos. Convirtió la Kaaba, en un templo de Avraham e Ishmael. También allí ejecutó a muchos de sus antiguos adversarios, y, como lo había hecho en Medina, diezmó a la comunidad judía. Poco después se estableció que ningún no-musulmán podría entrar a La Meca, y menos aun habitan allí. Los judíos sobrevivientes de La Meca y Medina huyeron a Yemen y a otras partes del Oriente Medio, y por sobre todo, a Siria. Mahoma regresó a Medina, para habitar allí por el resto de su vida como patriarca, juez y legislador de la nueva fe del Islam. Pero la espada de Mahoma, una vez desenvainada, seguiría su viaje en todo el mundo en misiones de conquista y conversión violenta.
LA EXPANCIÓN DEL ISLAM
Cuando Mahoma murió en el 632, tan sólo diez años después de la Hégira, la religión del Islam se limitaba a las ciudades de Medina y La Meca y algunos enclaves dispersos de Arabia. Mahoma, no había tomado medidas para determinar su sucesión, tal vez por sentirse inmortal. Su más cercano pariente masculino era su primo Alí, quien se había casado con su hija Fátima. Sin embargo, la mayoría de los miembros de la tribu que habían apoyado a Mahoma en sus guerras, y sobre todo el pueblo de Medina, repudió la pretensión Alí al liderazgo y nombró a Abu Bakr como su líder, y sucesor del profeta (califa). Él, a su vez, fue luego sucedido en su puesto por Omar. Omar entendió que había mucho disenso entre los propios musulmanes. Las ciudades de Medina y La Meca se veían como competidoras mutuas, más que como aliados. Para hacer frente a la situación, recurrió a la antigua táctica de los dictadores para abortar la rebelión interna: se embarcó en guerras de conquista en el extranjero. Los resultados de esta guerra superaron las expectativas más altas del califa: conquistó Persia, la Mesopotamia y Egipto. Fue así, que el Islam llegó a Babilonia - y a los judíos de Bavel... Ninguna otra religión había experimentado una expansión tan rápida en adherentes y en el control del territorio como lo hizo el Islam en el siglo siguiente. Desde África hasta el Cáucaso y de la India a España, la nueva religión muy pronto fue dominante. Tanto los imperios bizantino como los persas se habían desangrado por durante las guerras que habían sostenido y no pudieron hacerles frente.
LOS SUNITAS Y CHIÍTAS
Los musulmanes se dividieron apenas comenzaron a crecer (no muy distinto a lo que sucedió en el cristianismo).Sin embargo, en el Islam, no se trataba tanto por una cuestión de doctrinas o creencias, sino puramente por el poder y los derechos de herencia. El grupo principal de los musulmanes, los seguidores de Abu Bakr y Omar, que se conocen hasta hoy como los “sunitas”, fue el grupo más numeroso y poderoso (y moderado) en el Islam. Sin embargo, un número considerable de fieles (los “chiítas”) siguieron Ali, yerno de Mahoma. Estas contiendas antiguas de poder persistieron durante los próximos catorce siglos. Simultáneamente, esta división permitiría a los judíos convertirse en “necesarios” en la sociedad islámica, ya que poseían mucha experiencia y estudio y podían aportar mucho a los unos y a los otros. Para sobrevivir en el mundo musulmán, los judíos sólo necesitaban mantener un perfil bajo, permanecer en un lugar moderado en la sociedad y demostrar sumisión y respeto a los gobernantes.
OMEYAS Y ABASIDAS
La primera dinastía sunita de califas que encabezaron el gobierno se conoce como omeyas. Esto siguió siendo así, pese a la oposición constante de Alí y sus descendientes. Pero los omeyas se ganaron muchos enemigos. En el año 750, los enemigos chiítas se unieron a sus adversarios y derrocaron a la de los omeyas. Un nuevo califa, descendiente de Abbas, tío de Mahoma, inauguró la dinastía abasí, que gobernó durante más de cinco siglos. Trasladó la capital principal del mundo árabe de Damasco a Bagdad, situándose en las proximidades de la comunidad judía de Bavel. Esta demostraría ser una bendición a medias, pues aunque los judíos ahora podrían ejercer más influencia en la corte (y volvieron a florecer las antiguas Ieshivot de Sura y Pumbedita), todos los detalles de la vida judía de Babilonia quedaron bajo el escrutinio no siempre amistoso del califa de turno de Bagdad. Mientras tanto, los sobrevivientes omeyas huyeron a España, donde años más tarde, bajo la dirección de Abd ar-Rahman, se establecieron como gobernantes del Califato de Córdova. Allí, en Andalucía, comenzó a desarrollarse libremente la comunidad judía tan castigada por los visigodos, dando comienzo a la edad de oro del judaísmo español (bajo el dominio omeya y almorávide hasta la conquista de los almohades), y fue allí donde más tarde se estableció la primera Ieshivá gracias al liderazgo de Jisdai ibn Shaprut.
JUDÍOS BAJO EL DOMINIO DEL ISLAM
La actitud y la relación de los líderes musulmanes hacia los judíos fueron muy variadas. El propio Mahoma había tenido cierto acercamiento inicial con algunos de los judíos de Medina y la mayoría de los comentarios favorables en los judíos en relación con el Corán emanan de este primer período del ministerio de Mahoma (este texto fue recopilado en numerosas etapas, y, por lo tanto, tiende a ser contradictorio en muchos temas relacionados con la política y la visión del mundo. Es así que contiene por un lado grandes elogios, y por otro, terribles vituperios hacia los judíos). El resto de los judíos, sin embargo, rechazó el Islam y no estaban dispuestos a aceptar su culto (al igual que sus antepasados habían rechazado el cristianismo seis siglos antes), si bien - indudablemente - veían la base monoteísta del Islam como un importante avance por sobre el paganismo árabe anterior. La mayoría de las cosas terriblemente negativas que el mismo Corán dice sobre los judíos y el judaísmo, son el resultado de esta época posterior y la creciente conciencia de Mahoma que los judíos ya no aceptarían el Islam.
Dadas estas dicotomías, nunca fue difícil para los gobernantes musulmanes citar el Corán según su conveniencia para justificar casi cualquier política – favorable, o no - que se estableció con respecto a los judíos. Después del martirio en masa de un número de comunidades judías, los musulmanes replantearon su actitud hacia ellos. Con buen criterio pragmático, abandonaron el genocidio improductivo, y en su lugar decidieron aprovechar los talentos, la posición y las conexiones estratégicas de las comunidades judías establecidas ahora bajo su control.
LOS JUDÍOS DEL YEMEN
El título que se conferiría a los judíos en el futuro sería la “Gente del Libro”, o sea, creyentes en una religión monoteísta, que merecen “mayor respeto” que los idólatras. Así fue que se aseguró a los judíos del Yemen la libertad de culto a cambio del pago de un impuesto per cápita impuesto a todos los no musulmanes. La persecución activa musulmana hacia los judíos, recién ganó fuerza cuando los chiítas tomaron el poder, de manos de los sunitas que habían sido más tolerantes. Bajo su gobierno, los judíos yemenitas sufrieron mucho (a pesar que se mantuvieron firmes en sus convicciones).Bajo sus leyes, los judíos eran considerados “impuros”, y por lo tanto, estaba prohibido que tocaran a un musulmán o el alimento de un musulmán. Eran obligados a rebajarse frente a un musulmán, a caminar del lado izquierdo de él y saludarlo siempre primero. No podrían construir casas más altas que la de los musulmanes, ni montar camellos o caballos, y cuando cabalgaban sobre una mula o un burro, debían sentarse hacia el costado. Al entrar en el barrio musulmán, un judío debería quitarse los zapatos y caminar descalzo. Si era atacado con piedras o a puñetazos por jóvenes islámicos, no le estaba permitido defenderse. En tales situaciones tenía la opción de huir, o pedir la intervención por un transeúnte musulmán misericordioso. Así vivieron los judíos yemenitas durante muchos años. En la época del Ramba”m, dada la presión cruel de los gobernantes, habían judíos yemenitas que se mostraban en público como musulmanes, mientras que en su vida privada mantenían intacta la práctica del judaísmo. Asimismo, apareció en Yemen por aquel entonces, un falso Mashíaj. El Ramba”m los defendió en una de sus cartas más famosas, enfrentándose a quienes opinaban que estos judíos (al igual que sus pares marroquíes de Fez, que habían estado expuestos a una situación similar) debían dar su vida antes de aceptar ser identificados como musulmanes. Ramba”m escribió que no se debía despreciar a los judíos que retornaban (haciendo Teshuvá) de su “vida doble” a la que habían estado expuestos, en particular por el hecho de que el culto del Islam, si bien sus creencias son herejía según la Torá, no constituye Avodá Zará (idolatría).Asimismo, los alentó para que tengan la fuerza de no dejarse llevar por los mesiánicos impostores.
LOS EFECTOS DEL ISLAM
Sin embargo, si bien siguió habiendo una fuerte tendencia entre algunos grupos musulmanes de eliminar a los judíos de su sociedad, los gobernantes en general, tomaron una actitud positiva (cuidando también sus propios intereses), y generalmente protegieron a los judíos expuestos a los estragos de los elementos más radicales. La repentina e imprevista aparición del Islam en la escena mundial, sirvió para resguardar a los judíos de Babilonia de la cruel persecución de los cristianos bizantinos. El esquema político mundial cambió totalmente: a fines del siglo VII, sería la mezquita de Omar, y no una iglesia, la que estaba sobre el Monte del Templo en Ierushalaim. Si bien, en la actualidad es difícil entenderlo, históricamente hemos sufrido más a manos de los cristianos, que por persecución musulmana. Los judíos en Bavel se beneficiaron enormemente a causa de la sustitución del dominio bizantino, por los musulmanes. Al tratar directamente con los califas de Bagdad y otras ciudades de Medio Oriente, los judíos pudieron revitalizar sus sociedades, y en Babel experimentaron un gran florecimiento, que se convertiría luego en la plataforma de la que crecerían las comunidades de Sefaradim y Ashkenazim. Comenzó pues una nueva era (la época de los Gueonim), que marcó la institucionalización definitiva de la vida del Talmud entre el pueblo judío.
martes, 2 de febrero de 2010
Quien es el varón que desea la vida – “Mi Haish”
Esta escrito en los salmos - Tehilim (34:13)
.מִי-הָאִישׁ, הֶחָפֵץ חַיִּים; אהֵב יָמִים, לִרְאוֹת טוֹב
Mi haish, hajafetz jaiim ohev iamim, lirot tov
¿Quién es el varón que desea la vida y que ama los días para ver el bien?
Tehilim (34:14) Guarda tu lengua del mal, y tus labios no hablen engaño”. Los comentaristas [1] nos han explicado que cuando el pasuk (el versículo) declara "que desea la vida", se refiere a la vida eterna en el mundo venidero, mientras que la frase: "ama los días para ver el bien", se refiere a la vida en este mundo, [esa vida] que es semejante al día en relación a la vida eterna [del mundo por venir].
Es sorprendente que estos sencillos versículos del Tanaj nos encomiendan a todos prestar atención y cuidarnos especialmente de caer en este dañino pecado.
En la Torá, se nos ha ordenado a “los judíos” observar 248 mandamientos positivos (lo que debemos hacer) y 365 mandamientos negativos (lo que no debemos hacer), en referencia a todos ellos Yisbaraj HaShem (bendito Su Nombre) nos ha dicho en la Parshat Nitzavim Devarim: 30, 15-16:
"Mira, he puesto hoy delante de ti la vida y lo bueno, la muerte y lo malo...."
Devarim 30:19:
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu simiente;
Devarim 30:20 “que ames al SEÑOR tu Dios, que oigas su palabra, y que vayas en su camino (cumplir y proteger sus mandamientos, sus ordenanzas y sus decretos “halajot”);…porque él es tu vida, y la prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que prometió HaShem a tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les había de dar.
Esta es la introducción del Sefer Jafetz Jaim [2] y allí se enumeran puntualmente los mandamientos más importantes de Shemirat Lashón, “el cuidado de la palabra”.
Cuando nos dice he puesto hoy delante de ti la vida y lo bueno, la muerte y lo malo, se refiere a nuestra opción de libre albedrío, que nos otorga el poder de elección entre el bien y el mal y la opción de elegir entre la vida y la muerte, según nuestras propias acciones y nuestro proceder.
Hay muchos mandamientos negativos y positivos que la gente está habituada de modo automático a violar, por causa de este amargo pecado denominado Lashón HaRá, y mucho más frecuente que otras transgresiones de la Torá.
Se habla Lashón HaRá de modo cotidiano, en las comunicaciones telefónicas, en los comentarios entre amistades y ni hablemos en las noticias donde el murmullo infundado es una herramienta muy común.
Por tal razón toda persona que quiere proteger su vida y desea vivir, debe cuidar su lengua y alejarse del mal.
Cuidar su lengua es no difamar o chismosear, y alejarse del mal es no escuchar difamaciones o calumnias.
Muchas veces no hablamos mal del prójimo, pero escuchamos los comentarios que se hacen sobre el, la dimensión del mal es la misma, si no nos queda otra opción que escuchar lo que hablan y no podemos escapar de ello, se pude escuchar con la subterfugio de no prestar atención a las palabras, pensando en lo posible en otra cosa.
El rey David, Alav Hashalom [3], en los salmos quería aludirnos a nosotros de una manera general, ya que debemos protegernos de los pecados entre el hombre y sus semejantes del mismo modo que se procede con los pecados entre el hombre y Dios. Con respecto a los pecados entre el hombre y su semejante, el rey David, Alav Hashalom, informó a la persona que quien desea la vida debe proteger su lengua del mal en todos sus detalles, y por lo tanto va a tener cuidado en todos los pecados relativos entre el hombre y sus semejantes.
Es evidente que una vez que se tenga cuidado de la no participación en los pecados del habla, la persona llega a alcanzar un punto muy alto en el que se abstiene en la practica de todos los pecados entre el hombre y sus semejantes.
De este modo la persona finalmente se abstendrá de todos las faltas entre el hombre y sus semejantes, porque cuando uno evita los males de la lengua.
Nunca se debe hablar con sorna sobre su semejante, observando todas las leyes de expresión adecuada [4], incluso cuando supone que el habla no causaría daño a su compañero, definitivamente tendrá también cuidado para evitar robos, hurtos y otros pecados cometidos entre el hombre y sus semejantes.
Para que haya un modo adecuado para conducir a la observancia de todas las mitsvot entre el hombre y su semejante, hay que tener mucho cuidado de observar todas las leyes de la expresión tales, como el evitar hablar en contra de su semejante si esto le causa a la víctima el perder su medio de vida u profesión por haberle causado desprestigio, o si le causa vergüenza, o incluso si fortalece una controversia.
Una vez que uno sigue las leyes de expresión adecuada, habiendo aceptado a sí mismo de no causar algo vergonzoso o desfavorable que recaiga sobre sus compañeros como consecuencia de su intervención indebida, entonces el paso del tiempo de proceder correctamente y el arrepentimiento le limpiaran paulatinamente todos los pecados entre el hombre y sus compañeros.
Rabí Israel Meír HaCohén Kegan, denominado el Jafetz Jaim por causa del nombre de su famoso libro, fue un gran hombre, que con sus obras iluminó los ojos de nuestro pueblo, especialmente en un tema muy importante, como el cuidado en la forma de hablar.
En su obra “Jafetz Jaim”, concentró y a la vez detalló todas las leyes respecto a este tema, y en el libro “Shemirat Halashón” nos muestra y nos fortalece desarrollando los premios y los castigos derivados de las explicaciones que aparecen en el Talmud y en otros libros sagrados.
Con el estudio de estos libros podemos tener una visión clara acerca del cuidado intensivo y de la obligación que tenemos de recapacitar antes de abrir nuestra boca.
Pero este cuidado no está solamente en sus libros, sino que la vida del Jafetz Jaim es de por si el ejemplo viviente de lo que escribió.
El Rab HaGaon Yaakov Israel Kanievsky, llamado “el Steipler” nos atestigua:
Cierto Rab tenía que cumplir una importante misión durante tres días en una ciudad de Polonia. El Jafetz Jaim lo acompañaba en esa oportunidad. En el camino se detuvieron para comer algo en una hostería que era conocida por su cuidado estricto del Kashrut.
La esposa del dueño del lugar les preparó enseguida una mesa y les sirvió de la mejor forma posible, al ver que habían llegado unos huéspedes muy especiales. Cuando terminaron de comer se acercó a preguntarles si la comida estuvo bien preparada. El Jafetz Jaim respondió sin dudar: “muy buena, en verdad estuvo excelente”.
La señora no se movió del lugar, esperaba la respuesta del otro Rab. Y la respuesta no tardó en llegar: “bien, pero podría haber estado mejor con un poco más de sal…”
La mujer dio media vuelta y fue rumbo a la cocina. El Jafetz Jaim “olió” algo no muy bueno. Se dirigió a su compañero y le dijo: “No puedo creerlo! Toda mi vida me cuidé de escuchar y hablar Lashón HaRa, ¿Por qué Hashem me puso en tu camino, que te acompañe para tener que escuchar hablar Lashón HaRa? Estoy muy apenado y arrepentido de haberte acompañado hasta aquí, y ahora estoy convencido que la gestión que tenemos no es del todo pura, si sería pura no habría pasado semejante cosa”.
El Rab quedó paralizado ante las palabras del Jafetz Jaim, no entendía la gravedad de sus palabras, es más ni la gravedad ni la levedad, estaba seguro de no haber dicho nada malo.
“¿Qué es lo que dije, hay algo grave en mis palabras? Simplemente dije que la comida estaba bien, y solamente agregué que hubiera sido bueno agregar un poco más de sal”
No tienes la menor idea de la fuerza de las palabras y del mal que las mismas pueden causar, dijo el Jafetz Jaim casi llorando, la mujer que vino a servirnos, seguro que no preparó la comida. Lo más probable es que la cocinera sea una mujer muy pobre, y además viuda, que no puede dejar de trabajar para conseguir el sustento de su familia.
Ahora, gracias a tus palabras, la señora entrará a la cocina a decirle unas cuantas cosas a esta pobre mujer. Para defenderse, la pobre viuda tendrá que mentir, y contestará que puso la medida justa de sal y hasta probó la comida para asegurarse que esté a punto.
Entonces, la dueña de casa la tratará de mentirosa y le dirá:
- ¿Acaso tu piensas que los distinguidos rabinos están mintiendo?
- ¡Tu eres la que está mintiendo!
Y esto provocará el enojo de la señora que posiblemente llegue a despedir a la pobre cocinera, y ésta quedará sin trabajo
Fíjate cuántos pecados se cometen con tan pocas palabras:
- ¡Si piensas así, volvió a la carga el Jafetz Jaim, levantándose de su asiento, para sacarte de tu duda, vamos a ver lo que está pasando en la cocina!
Entraron y vieron a la dueña de casa hablando en un tono muy fuerte a la cocinera, y esta pobre mujer estaba parada contra la pared llena de lágrimas en sus ojos.
El Rab vio que el Jafetz Jaim no exageró y sintió una tremenda lástima por la cocinera, ahora tenía que salvarla y disculparse, si existiera la forma, por haberla hecho sufrir tanto. Hasta tendría que insistirle a la pobre viuda que lo perdone, por todo lo que provocó…
Se dirigió primero a la dueña de casa diciéndole que fue un error, que la comida estaba perfecta, que disculpe a la cocinera y que se olvide de todo este asunto, y desde luego, que no se le ocurra despedirla, ya que hizo un gran trabajo. Inclusive estaba dispuesto a pagar por los problemas que causó, con la condición que no despidan a la cocinera.
La señora era muy buena, y aceptó los pedidos del Rab. “No tengan ninguna duda, seguro que la cocinera continuará en su trabajo. Solamente quise enseñarle que debía ser muy cuidadosa con los condimentos. Es una gran cocinera, y seguirá trabajando con nosotros”.
El relato nos enseña hasta dónde debemos ser cuidadosos con nuestras palabras. Así como unos pocos granitos de sal pueden llegar a provocar un daño tremendo, tan solo unas pocas palabras pueden causar el abandono de este mundo y el del mundo venidero. En la generación del desierto, el leproso, que adquirió la enfermedad denominada Metzorá al hablar Lashón HaRa, la persona que la adquiría debía soportar la soledad, el alejamiento, y debía vivir fuera del campamento.
Alejado de todos sus conocidos, de su familia, por lo menos durante una semana, sin nadie con quien hablar, solamente con su interior, reprochándose su conducta, que lo condujo a esa triste soledad.
Una palabra de Lashón HaRa también aleja al que la dice de la Santa Providencia, debido a la gravedad del pecado, pero también lo aleja de su compañero, porque quien escucha que alguien desprecia a otra persona sin motivo no hace otra cosa que alejarse.
Para salvarnos de todo esto, hay un solo remedio: estudiar las leyes del Lashón HaRa, y fortalecernos en el amor y el cariño hacia nuestros semejantes. Toda persona que “enfoque” a sus semejantes con un “buen ojo” se acostumbrará a querer a todo el mundo, y “comprará” el escudo que lo proteja de hablar Lashón HaRa. Y esto lo convertirá en una persona querida por todos, y lo más importante querida por HaShem, será apreciado “arriba” (en el Cielo) y apreciado “abajo” (en la tierra). Logrará mejorar su Olam Hazé (el mundo terrenal) y también tendrá un gran Olam Habá (mundo venidero).
Rab Berl Schtudiner
[1] "Los comentaristas" se refieren a Metzudas David y Tanjuma, Parshat Metzorá b.
[2] Sefer Jafetz Jaim es el libro del Rabí Israel Meír HaCohén, sobre Lashón HaRa, entre la gente del pueblo judío nombraron al Rabí Israel Meír con el ilustre apodo de Jafetz Jaim por la importancia de su libro y por su gran piedad
[3] "Alav Hashalom" significa "La paz está sobre él", "Shalóm", en referencia a HaShem (Dios). Esta frase se utiliza en referencia a alguien que ya no está vivo.
[4] Esto se explica en la introducción al Sefer "Jafetz Jaim".
.מִי-הָאִישׁ, הֶחָפֵץ חַיִּים; אהֵב יָמִים, לִרְאוֹת טוֹב
Mi haish, hajafetz jaiim ohev iamim, lirot tov
¿Quién es el varón que desea la vida y que ama los días para ver el bien?
Tehilim (34:14) Guarda tu lengua del mal, y tus labios no hablen engaño”. Los comentaristas [1] nos han explicado que cuando el pasuk (el versículo) declara "que desea la vida", se refiere a la vida eterna en el mundo venidero, mientras que la frase: "ama los días para ver el bien", se refiere a la vida en este mundo, [esa vida] que es semejante al día en relación a la vida eterna [del mundo por venir].
Es sorprendente que estos sencillos versículos del Tanaj nos encomiendan a todos prestar atención y cuidarnos especialmente de caer en este dañino pecado.
En la Torá, se nos ha ordenado a “los judíos” observar 248 mandamientos positivos (lo que debemos hacer) y 365 mandamientos negativos (lo que no debemos hacer), en referencia a todos ellos Yisbaraj HaShem (bendito Su Nombre) nos ha dicho en la Parshat Nitzavim Devarim: 30, 15-16:
"Mira, he puesto hoy delante de ti la vida y lo bueno, la muerte y lo malo...."
Devarim 30:19:
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu simiente;
Devarim 30:20 “que ames al SEÑOR tu Dios, que oigas su palabra, y que vayas en su camino (cumplir y proteger sus mandamientos, sus ordenanzas y sus decretos “halajot”);…porque él es tu vida, y la prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que prometió HaShem a tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les había de dar.
Esta es la introducción del Sefer Jafetz Jaim [2] y allí se enumeran puntualmente los mandamientos más importantes de Shemirat Lashón, “el cuidado de la palabra”.
Cuando nos dice he puesto hoy delante de ti la vida y lo bueno, la muerte y lo malo, se refiere a nuestra opción de libre albedrío, que nos otorga el poder de elección entre el bien y el mal y la opción de elegir entre la vida y la muerte, según nuestras propias acciones y nuestro proceder.
Hay muchos mandamientos negativos y positivos que la gente está habituada de modo automático a violar, por causa de este amargo pecado denominado Lashón HaRá, y mucho más frecuente que otras transgresiones de la Torá.
Se habla Lashón HaRá de modo cotidiano, en las comunicaciones telefónicas, en los comentarios entre amistades y ni hablemos en las noticias donde el murmullo infundado es una herramienta muy común.
Por tal razón toda persona que quiere proteger su vida y desea vivir, debe cuidar su lengua y alejarse del mal.
Cuidar su lengua es no difamar o chismosear, y alejarse del mal es no escuchar difamaciones o calumnias.
Muchas veces no hablamos mal del prójimo, pero escuchamos los comentarios que se hacen sobre el, la dimensión del mal es la misma, si no nos queda otra opción que escuchar lo que hablan y no podemos escapar de ello, se pude escuchar con la subterfugio de no prestar atención a las palabras, pensando en lo posible en otra cosa.
El rey David, Alav Hashalom [3], en los salmos quería aludirnos a nosotros de una manera general, ya que debemos protegernos de los pecados entre el hombre y sus semejantes del mismo modo que se procede con los pecados entre el hombre y Dios. Con respecto a los pecados entre el hombre y su semejante, el rey David, Alav Hashalom, informó a la persona que quien desea la vida debe proteger su lengua del mal en todos sus detalles, y por lo tanto va a tener cuidado en todos los pecados relativos entre el hombre y sus semejantes.
Es evidente que una vez que se tenga cuidado de la no participación en los pecados del habla, la persona llega a alcanzar un punto muy alto en el que se abstiene en la practica de todos los pecados entre el hombre y sus semejantes.
De este modo la persona finalmente se abstendrá de todos las faltas entre el hombre y sus semejantes, porque cuando uno evita los males de la lengua.
Nunca se debe hablar con sorna sobre su semejante, observando todas las leyes de expresión adecuada [4], incluso cuando supone que el habla no causaría daño a su compañero, definitivamente tendrá también cuidado para evitar robos, hurtos y otros pecados cometidos entre el hombre y sus semejantes.
Para que haya un modo adecuado para conducir a la observancia de todas las mitsvot entre el hombre y su semejante, hay que tener mucho cuidado de observar todas las leyes de la expresión tales, como el evitar hablar en contra de su semejante si esto le causa a la víctima el perder su medio de vida u profesión por haberle causado desprestigio, o si le causa vergüenza, o incluso si fortalece una controversia.
Una vez que uno sigue las leyes de expresión adecuada, habiendo aceptado a sí mismo de no causar algo vergonzoso o desfavorable que recaiga sobre sus compañeros como consecuencia de su intervención indebida, entonces el paso del tiempo de proceder correctamente y el arrepentimiento le limpiaran paulatinamente todos los pecados entre el hombre y sus compañeros.
Rabí Israel Meír HaCohén Kegan, denominado el Jafetz Jaim por causa del nombre de su famoso libro, fue un gran hombre, que con sus obras iluminó los ojos de nuestro pueblo, especialmente en un tema muy importante, como el cuidado en la forma de hablar.
En su obra “Jafetz Jaim”, concentró y a la vez detalló todas las leyes respecto a este tema, y en el libro “Shemirat Halashón” nos muestra y nos fortalece desarrollando los premios y los castigos derivados de las explicaciones que aparecen en el Talmud y en otros libros sagrados.
Con el estudio de estos libros podemos tener una visión clara acerca del cuidado intensivo y de la obligación que tenemos de recapacitar antes de abrir nuestra boca.
Pero este cuidado no está solamente en sus libros, sino que la vida del Jafetz Jaim es de por si el ejemplo viviente de lo que escribió.
El Rab HaGaon Yaakov Israel Kanievsky, llamado “el Steipler” nos atestigua:
Cierto Rab tenía que cumplir una importante misión durante tres días en una ciudad de Polonia. El Jafetz Jaim lo acompañaba en esa oportunidad. En el camino se detuvieron para comer algo en una hostería que era conocida por su cuidado estricto del Kashrut.
La esposa del dueño del lugar les preparó enseguida una mesa y les sirvió de la mejor forma posible, al ver que habían llegado unos huéspedes muy especiales. Cuando terminaron de comer se acercó a preguntarles si la comida estuvo bien preparada. El Jafetz Jaim respondió sin dudar: “muy buena, en verdad estuvo excelente”.
La señora no se movió del lugar, esperaba la respuesta del otro Rab. Y la respuesta no tardó en llegar: “bien, pero podría haber estado mejor con un poco más de sal…”
La mujer dio media vuelta y fue rumbo a la cocina. El Jafetz Jaim “olió” algo no muy bueno. Se dirigió a su compañero y le dijo: “No puedo creerlo! Toda mi vida me cuidé de escuchar y hablar Lashón HaRa, ¿Por qué Hashem me puso en tu camino, que te acompañe para tener que escuchar hablar Lashón HaRa? Estoy muy apenado y arrepentido de haberte acompañado hasta aquí, y ahora estoy convencido que la gestión que tenemos no es del todo pura, si sería pura no habría pasado semejante cosa”.
El Rab quedó paralizado ante las palabras del Jafetz Jaim, no entendía la gravedad de sus palabras, es más ni la gravedad ni la levedad, estaba seguro de no haber dicho nada malo.
“¿Qué es lo que dije, hay algo grave en mis palabras? Simplemente dije que la comida estaba bien, y solamente agregué que hubiera sido bueno agregar un poco más de sal”
No tienes la menor idea de la fuerza de las palabras y del mal que las mismas pueden causar, dijo el Jafetz Jaim casi llorando, la mujer que vino a servirnos, seguro que no preparó la comida. Lo más probable es que la cocinera sea una mujer muy pobre, y además viuda, que no puede dejar de trabajar para conseguir el sustento de su familia.
Ahora, gracias a tus palabras, la señora entrará a la cocina a decirle unas cuantas cosas a esta pobre mujer. Para defenderse, la pobre viuda tendrá que mentir, y contestará que puso la medida justa de sal y hasta probó la comida para asegurarse que esté a punto.
Entonces, la dueña de casa la tratará de mentirosa y le dirá:
- ¿Acaso tu piensas que los distinguidos rabinos están mintiendo?
- ¡Tu eres la que está mintiendo!
Y esto provocará el enojo de la señora que posiblemente llegue a despedir a la pobre cocinera, y ésta quedará sin trabajo
Fíjate cuántos pecados se cometen con tan pocas palabras:
- 1) Hablaste Lashón HaRa.
- 2) Provocaste que la dueña de casa escuche Lashón HaRa.
- 3) Hiciste que la dueña de casa repita el Lashón HaRa frente a la cocinera.
- 4) Provocaste que la cocinera necesite mentir.
- 5) Tus palabras enfurecieron a la dueña, y ésta hizo sufrir a una mujer viuda.
- 6) Provocaste peleas entre la gente.
- ¡Si piensas así, volvió a la carga el Jafetz Jaim, levantándose de su asiento, para sacarte de tu duda, vamos a ver lo que está pasando en la cocina!
Entraron y vieron a la dueña de casa hablando en un tono muy fuerte a la cocinera, y esta pobre mujer estaba parada contra la pared llena de lágrimas en sus ojos.
El Rab vio que el Jafetz Jaim no exageró y sintió una tremenda lástima por la cocinera, ahora tenía que salvarla y disculparse, si existiera la forma, por haberla hecho sufrir tanto. Hasta tendría que insistirle a la pobre viuda que lo perdone, por todo lo que provocó…
Se dirigió primero a la dueña de casa diciéndole que fue un error, que la comida estaba perfecta, que disculpe a la cocinera y que se olvide de todo este asunto, y desde luego, que no se le ocurra despedirla, ya que hizo un gran trabajo. Inclusive estaba dispuesto a pagar por los problemas que causó, con la condición que no despidan a la cocinera.
La señora era muy buena, y aceptó los pedidos del Rab. “No tengan ninguna duda, seguro que la cocinera continuará en su trabajo. Solamente quise enseñarle que debía ser muy cuidadosa con los condimentos. Es una gran cocinera, y seguirá trabajando con nosotros”.
El relato nos enseña hasta dónde debemos ser cuidadosos con nuestras palabras. Así como unos pocos granitos de sal pueden llegar a provocar un daño tremendo, tan solo unas pocas palabras pueden causar el abandono de este mundo y el del mundo venidero. En la generación del desierto, el leproso, que adquirió la enfermedad denominada Metzorá al hablar Lashón HaRa, la persona que la adquiría debía soportar la soledad, el alejamiento, y debía vivir fuera del campamento.
Alejado de todos sus conocidos, de su familia, por lo menos durante una semana, sin nadie con quien hablar, solamente con su interior, reprochándose su conducta, que lo condujo a esa triste soledad.
Una palabra de Lashón HaRa también aleja al que la dice de la Santa Providencia, debido a la gravedad del pecado, pero también lo aleja de su compañero, porque quien escucha que alguien desprecia a otra persona sin motivo no hace otra cosa que alejarse.
Para salvarnos de todo esto, hay un solo remedio: estudiar las leyes del Lashón HaRa, y fortalecernos en el amor y el cariño hacia nuestros semejantes. Toda persona que “enfoque” a sus semejantes con un “buen ojo” se acostumbrará a querer a todo el mundo, y “comprará” el escudo que lo proteja de hablar Lashón HaRa. Y esto lo convertirá en una persona querida por todos, y lo más importante querida por HaShem, será apreciado “arriba” (en el Cielo) y apreciado “abajo” (en la tierra). Logrará mejorar su Olam Hazé (el mundo terrenal) y también tendrá un gran Olam Habá (mundo venidero).
Rab Berl Schtudiner
[1] "Los comentaristas" se refieren a Metzudas David y Tanjuma, Parshat Metzorá b.
[2] Sefer Jafetz Jaim es el libro del Rabí Israel Meír HaCohén, sobre Lashón HaRa, entre la gente del pueblo judío nombraron al Rabí Israel Meír con el ilustre apodo de Jafetz Jaim por la importancia de su libro y por su gran piedad
[3] "Alav Hashalom" significa "La paz está sobre él", "Shalóm", en referencia a HaShem (Dios). Esta frase se utiliza en referencia a alguien que ya no está vivo.
[4] Esto se explica en la introducción al Sefer "Jafetz Jaim".
lunes, 1 de febrero de 2010
Las 31 leyes con respecto al chisme o la difamación
LEYES DE LASHON HARA (Resumen)
________________________________________
Mandamientos negativos (lo que no debemos hacer)
________________________________________
Esta Mitzvá trata específicamente con Lashón Hará y rejilut (relatar a alguien lo que cierta persona hizo o dijo algo en contra de él.) Ambos están prohibidos aun, cuando tales sean verdaderos.
________________________________________
Este se entiende "no aceptes reporte falso" Además de hablar Lashón Hará también el escuchar Lashón Hará es prohibido.
_______________________________________
Este se refiere a la Lashón Hará que se castiga con la tzara at.
________________________________________
El poner un obstáculo espiritual en el camino de otros. Ya que el hablar o escuchar Lashón Hará no solo cometemos pecado sino, que también causamos que otros pequen.
________________________________________
Este nos indica que esta prohibido ser presumir y ridiculizar a otras personas ya que generalmente esto es motivado por un sentimiento de superioridad. Si cada uno de nosotros tuviera conciencia de nuestros errores, seguro no hablaríamos Lashón Hará
sobre otros.
________________________________________
Este nos advierte que esta prohibido causar Jilul Hashem (profanar el nombre de Hashem). El hablar Lashón Hará se encuentra dentro de esta categoría. No podemos ignorar y mostrar una falta de cuidado en la relación a esta mitzvá. Otro aspecto de jilul
Hashem es cuando una persona distinguida comete una transgresión, y otros siguen su ejemplo. Por lo tanto la persona que estudia la Torá tiene mayor obligación de cuidar lo que dice, su lengua.
________________________________________
El comportarse amistosamente con alguien y hablar a sus espaldas se viola esta mitzvá. Mas sin embargo de manera abierta se le dice a la persona que le desagrada, no transgrede esta prohibición, pero se viola la mitzvá de amar a tu prójimo (judío). No
olvidemos que el hablar Lashón Hará también trae maldición. "Maldito el que golpea en secreto a su prójimo" (Dvrim/Deuteronomio 27:24)
________________________________________
El hablar Lashón Hará de alguien, a quien le guarda rencor por venganza, no solo transgrede por hablar Lashón hará, sino también por la prohibición con relación a tomar venganza.
________________________________________
________________________________________
El unirse a un grupo para hablar Lashón Hará o escuchar Lashón hará, viola esta prohibición.
________________________________________
Este pasuk prohíbe mantener disputas. Uno viola esta prohibición si al relatar Lashón Hará causa una disputa.
________________________________________
Este pasuk prohíbe decir cualquier cosa para insultar o enfadar a una persona.
________________________________________
Este pasuk advierte a no avergonzar a una persona cuando se le reprende aun, cuando sea en privado.
El hablar Lashón Hará sobre una persona en su presencia y avergonzarlo, viola esta prohibición. Es mucho más severa cuando se avergüenza a alguien en publico (tres personas).
________________________________________
El hablar Lashón Hará sobre viudas o huérfanos viola esta prohibición.
________________________________________
El alabar o elogiar a un trasgresor viola esta prohibición. El hablar Lashón Hará de alguien por quedar bien con el trasgresor esta prohibido. Otro caso es, cuando alguien relata Lashón Hará y los que escuchan hacen una señal de afirmación con la cabeza o
muestra de afirmación verbal. Esta adulación se llama janifut y es una trasgresión muy seria.
________________________________________
17. Lo tekalel Jeresh.
"no maldigas a un sordo" (Vayikrá 19:14)
Este pasuk prohíbe maldecir a otros, esto incluye aun a una persona sorda.
________________________________________
Mandamientos positivos (lo que debemos hacer)
________________________________________
________________________________________
________________________________________
Este pasuk nos indica que debemos dar el beneficio de la duda a alguien. Sí una persona es observadora de las Mitsvot, y dice o hace algo, y las probabilidades de juzgarlo favorable y desfavorable son las mismas, nuestra obligación es de juzgarlo favorablemente. Cuando una persona es temerosa de HaShem, debemos juzgarla favorablemente, aun cuando las probabilidades de un juicio no favorable sean mayores de un juicio favorable
________________________________________
La Torá nos manda ayudar económicamente a nuestro prójimo judío a fin de evitar que empobrezca.
Si por consecuencia, de hablar Lashón hará, la persona pierde su trabajo o su fuente de ingresos esta mitzvá se viola.
________________________________________
Esta mitzvá se viola cuando alguien comienza hablar Lashón hará, y en lugar de reprenderlo uno le sigue y le presta atención a su relato.
________________________________________
Este pasuk nos manda estar en la compañía de Talmidei jajamim (sabios de la Torá) para que podamos aprender de su ejemplo.
Y si, despreciamos la compañía de Talmidei jajamim para unirnos a un grupo de personas que están hablando Lashón Hará se viola esta mitzvá.
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El hablar Lashón Hará en una sinagoga o Bet Midrash viola esta mitzvá.
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Es mandato honrar a un sabio de la Torá sin importar su edad, y a un anciano aunque no sea sabio de la Torá, (kidushin 32b)
El hablar Lashón Hará sobre un Talmud Jajám o sobre un anciano en su presencia, viola esta mitzvá.
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Es mandato honrar a los Cohanim, miembros de la familia de sacerdotes. El hablar Lashón Hará sobre un Cohen en su presencia viola esta mitzvá.
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Es mandato honrar a nuestros padres, el hablar Lashón Hará sobre su padre o madre, se viola este mitzvá.
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El Eterno esta consciente de cada movimiento que hacemos y hay retribución por cada trasgresión. Así que, al hablar Lashón Hará se viola esta mitzvá.
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Cada palabra de la Torá que uno estudie cumple de una mitzvá. Por lo contrario, cada palabra de Lashón Hará que uno hable es culpable de bitul Torá, esto es, de no haber utilizado su tiempo útilmente estudiando Torá.
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El incluir detalles falsos a Lashón Hará que habla de sobre alguien, viola esta mitzvá.
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"Así como El es misericordioso y compasivo, nosotros también debemos ser misericordiosos y compasivos" (Shabat 133b)
Rab Berl Schtudiner
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Mandamientos negativos (lo que no debemos hacer)
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- 1. Lo telej rajil beameja.
Esta Mitzvá trata específicamente con Lashón Hará y rejilut (relatar a alguien lo que cierta persona hizo o dijo algo en contra de él.) Ambos están prohibidos aun, cuando tales sean verdaderos.
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- 2. Lo tisa shema shav.
Este se entiende "no aceptes reporte falso" Además de hablar Lashón Hará también el escuchar Lashón Hará es prohibido.
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- 3. Hishamer benega hatzaraat lishmor meod velaasot.
Este se refiere a la Lashón Hará que se castiga con la tzara at.
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- 4. Lifne iver lo titen mijshol.
El poner un obstáculo espiritual en el camino de otros. Ya que el hablar o escuchar Lashón Hará no solo cometemos pecado sino, que también causamos que otros pequen.
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- 5. Hishamer pen tishkaj et Hashem Elokeja,
Este nos indica que esta prohibido ser presumir y ridiculizar a otras personas ya que generalmente esto es motivado por un sentimiento de superioridad. Si cada uno de nosotros tuviera conciencia de nuestros errores, seguro no hablaríamos Lashón Hará
sobre otros.
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- 6. Lo tejalelú et shem kodshi.
Este nos advierte que esta prohibido causar Jilul Hashem (profanar el nombre de Hashem). El hablar Lashón Hará se encuentra dentro de esta categoría. No podemos ignorar y mostrar una falta de cuidado en la relación a esta mitzvá. Otro aspecto de jilul
Hashem es cuando una persona distinguida comete una transgresión, y otros siguen su ejemplo. Por lo tanto la persona que estudia la Torá tiene mayor obligación de cuidar lo que dice, su lengua.
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- 7. Lo tisné et ajija bilvaveja.
El comportarse amistosamente con alguien y hablar a sus espaldas se viola esta mitzvá. Mas sin embargo de manera abierta se le dice a la persona que le desagrada, no transgrede esta prohibición, pero se viola la mitzvá de amar a tu prójimo (judío). No
olvidemos que el hablar Lashón Hará también trae maldición. "Maldito el que golpea en secreto a su prójimo" (Dvrim/Deuteronomio 27:24)
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- 8-9. Lo tikom velo titor.
El hablar Lashón Hará de alguien, a quien le guarda rencor por venganza, no solo transgrede por hablar Lashón hará, sino también por la prohibición con relación a tomar venganza.
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- 10. Lo yakum ed ejad beish lejol avon uljol jatat.
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- 11. Lo tihiye ajare rabim leraot
El unirse a un grupo para hablar Lashón Hará o escuchar Lashón hará, viola esta prohibición.
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- 12. Lo yihiye jekoraj vejaadato.
Este pasuk prohíbe mantener disputas. Uno viola esta prohibición si al relatar Lashón Hará causa una disputa.
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- 13. Lo tonú ish amito.
Este pasuk prohíbe decir cualquier cosa para insultar o enfadar a una persona.
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- 14. Velo tisá alav jet.
Este pasuk advierte a no avergonzar a una persona cuando se le reprende aun, cuando sea en privado.
El hablar Lashón Hará sobre una persona en su presencia y avergonzarlo, viola esta prohibición. Es mucho más severa cuando se avergüenza a alguien en publico (tres personas).
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- 15. Kol almaná veyatom lo teanú.
El hablar Lashón Hará sobre viudas o huérfanos viola esta prohibición.
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- 16. Lo tajanífu et haaretz asher atem bah.
El alabar o elogiar a un trasgresor viola esta prohibición. El hablar Lashón Hará de alguien por quedar bien con el trasgresor esta prohibido. Otro caso es, cuando alguien relata Lashón Hará y los que escuchan hacen una señal de afirmación con la cabeza o
muestra de afirmación verbal. Esta adulación se llama janifut y es una trasgresión muy seria.
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17. Lo tekalel Jeresh.
"no maldigas a un sordo" (Vayikrá 19:14)
Este pasuk prohíbe maldecir a otros, esto incluye aun a una persona sorda.
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Mandamientos positivos (lo que debemos hacer)
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- 1. Zajor et asher asa Hashem Elokeja leMiriam baderej betzetejem mimitzraim.
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- 2. Veahavta lereajá kamoja
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- 3. Betzedek tishpot amiteja.
Este pasuk nos indica que debemos dar el beneficio de la duda a alguien. Sí una persona es observadora de las Mitsvot, y dice o hace algo, y las probabilidades de juzgarlo favorable y desfavorable son las mismas, nuestra obligación es de juzgarlo favorablemente. Cuando una persona es temerosa de HaShem, debemos juzgarla favorablemente, aun cuando las probabilidades de un juicio no favorable sean mayores de un juicio favorable
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- 4. Veji yamuj ajija umata yado imaj vehejezakta bo.
La Torá nos manda ayudar económicamente a nuestro prójimo judío a fin de evitar que empobrezca.
Si por consecuencia, de hablar Lashón hará, la persona pierde su trabajo o su fuente de ingresos esta mitzvá se viola.
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- 5. Hojeaj tojiaj et amiteja.
Esta mitzvá se viola cuando alguien comienza hablar Lashón hará, y en lugar de reprenderlo uno le sigue y le presta atención a su relato.
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- 6. Ubo tidbak.
Este pasuk nos manda estar en la compañía de Talmidei jajamim (sabios de la Torá) para que podamos aprender de su ejemplo.
Y si, despreciamos la compañía de Talmidei jajamim para unirnos a un grupo de personas que están hablando Lashón Hará se viola esta mitzvá.
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- 7. Umikdashi Tirau.
El hablar Lashón Hará en una sinagoga o Bet Midrash viola esta mitzvá.
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- 8. Mipeneseva takum vehadarta pene zaken.
Es mandato honrar a un sabio de la Torá sin importar su edad, y a un anciano aunque no sea sabio de la Torá, (kidushin 32b)
El hablar Lashón Hará sobre un Talmud Jajám o sobre un anciano en su presencia, viola esta mitzvá.
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- 9. Vekidashto.
Es mandato honrar a los Cohanim, miembros de la familia de sacerdotes. El hablar Lashón Hará sobre un Cohen en su presencia viola esta mitzvá.
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- 10. Kabed et avija veet imeja.
Es mandato honrar a nuestros padres, el hablar Lashón Hará sobre su padre o madre, se viola este mitzvá.
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- 11. Et Hashem Elokeja tirá.
El Eterno esta consciente de cada movimiento que hacemos y hay retribución por cada trasgresión. Así que, al hablar Lashón Hará se viola esta mitzvá.
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- 12. Veshinantam levaneja vedibarta bam beshivteja bebeteja uvelejteja vaderej uvshojbeja uvkumeja.
Cada palabra de la Torá que uno estudie cumple de una mitzvá. Por lo contrario, cada palabra de Lashón Hará que uno hable es culpable de bitul Torá, esto es, de no haber utilizado su tiempo útilmente estudiando Torá.
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- 13. Midebar sheker tirjak.
El incluir detalles falsos a Lashón Hará que habla de sobre alguien, viola esta mitzvá.
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- 14. Vehalajta bidrajav.
"Así como El es misericordioso y compasivo, nosotros también debemos ser misericordiosos y compasivos" (Shabat 133b)
Rab Berl Schtudiner
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