lunes, 21 de junio de 2010
Cierto es un judío, pero se comporta como un heleno...
Muchas veces Janucá se nos presento para conocimiento general por todos nosotros como una festividad que celebra la victoria en la lucha por la libertad religiosa.
Janucá debe tener una importancia relevante en cada generación, incluyendo principalmente la nuestra.
La amenaza helenista en esa época fue de carácter militar, social y político, aunque fue todo eso. Era predominantemente una amenaza al corazón del judaísmo y a su base espiritual.
Esta misma amenaza existe en nuestros propios días, en la forma de una secularización, o la exclusión de Dios de la vida judía.
Esta secularización echa raíces cuando las mitsvot se atribuyen al genio del hombre, y la Torá a la sensibilidad del hombre y su perspicacia.
Cuando las mitsvot deben pasar revista como racionales, y la Torá es considerada como una disciplina intelectual igual a cualquier otra, el judaísmo sufre la amenaza de la secularización, entonces la conflagración de Janucá tiene lugar nuevamente.
Comida kasher para la boca y comida kasher para el alma
Una madre judía se acerco al Rab y le dijo: Yo le doy de comer comida kasher a mis hijos, pero la verdad es que ella les da comida taref para el alma y los envía a estudiar a un colegio secular donde aprenden bases filosóficas diametralmente opuestas al judaísmo, donde los parámetros éticos y morales en vez de formar a nuestros jóvenes los deforman moldeándolos según las ideas de Esav.
Lo primero que compran muchos padres a sus hijos es una bomba de tiempo denominada televisión o un ordenador, donde se introducen lentamente como un caballo de Troya, parámetros que no son buenos ejemplos para un judío, allí encuentras el culto a lo superfluo, a la moda, al sexo a las palabrotas y a todo aquello que solo produce daños y chismerías.
¿Acaso esa comida es kasher?
En una palabra un padre o una madre judía que envía a sus hijos a estudiar filosofías de las naciones gentiles, esta cometiendo un homicidio espiritual y eso es mucho más perjudicial que si le hubiera dado a ese joven de ingerir alimentos no kasher, por que aquello que daña el alma hace un daño permanente que es muy difícil de reparar.
Demos como ejemplo: Si su hijo estudia en una yeshivá donde el crece completamente como buena persona y buen judío y de pronto usted le quiere hacer estudiar filosofías y estudios seculares suponiendo que eso le dará un beneficio, usted se esta equivocando y eso puede ser una equivocación que lo dañara permanentemente.
Una madre o padre que hacen algo semejante demuestra que no tienen Emuná y pone en dudas la sabiduría de HaShem.
El envase es atractivo pero hay un veneno en el contenido
Cuando se trata de educación de jóvenes judíos, hay en las escuelas secundarias un peligro muy grande, puesto que muchos de los maestros no son para nada puros ni santos a menudo es todo lo contrario…
Aunque los profesores sean judíos, como ellos mismos fueron educados con los parámetros gentiles ellos enseñaran lo que aprendieron de ellos y eso será a la larga conflictivo para el joven judío y a su vez el mismo en el futuro deformara a sus hijos y alumnos, según lo que aprendió.
Para un alma judía el peligro es mucho más grande. Un alma judía debe nutrirse de energía espiritual de un lugar judío. Ningún sustituto lo alcanza a largo plazo así como tu no puedes reemplazar la leche materna por leche de vaca y mucho menos por una bebida artificial como una gaseosa Cola, tampoco puedes reemplazar la educación judía por la educación secular o gentil por mas atractivo que sea exteriormente el envase.
Rab Berl Schtudiner
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