lunes, 28 de diciembre de 2009

Ishmael el irónico ladrón de identidades

Uno representa la sana alegría y el otro la burla
Isaac viene de la palabra hebrea tzjok la misma es una risa producto de la alegría, pues ambos padres tanto Abraham como Sara su esposa tuvieron mucha alegría al ver que su unión no fue vana y tuvieron un hijo, aunque hay otras explicaciones sobre el nombre de Isaac, esto es un motivo su gran alegría, y el niño hacia honor a su nombre era alegre, bondadoso y risueño.
Ishmael era el medio hermano de Isaac, compartiendo a Abraham como padre, pero teniendo una diferente madre, Hagar.

La Torá nos dice que Ishmael era una influencia negativa para Isaac. Pero la Torá usa una palabra por demás inusual para esa influencia negativa “metzajek” - que puede significar “burlarse” alguien que pude “causar que Isaac sea trivial o superficial”.

De cualquier forma, tenemos el sentimiento de que ese tzjok es el eje de la relación Isaac-Ishmael; es tanto el bien de Isaac como el mal de Ishmael.
En uno representa la sana alegría y el otro la burla ambas tienen una sonrisa pero con diferentes intenciones.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Objetos de cultos que son considerados objetos de idolatría





Esta prohibido el usufructúo de todo objeto de los cultos idólatras, esta prohibición se extiende también, por ejemplo si uno recibe algún objeto de culto pagano, así sea una estatuilla de aquellas que se prosternan en la India, como también los objetos del culto cristiano que son considerados todos ellos “Abodá Zara” es decir idolatría, ya que esta personas creen en la divinidad de un hombre, aún cuando aceptan la existencia de Dios, de todas formas asocian al Eterno la figura de un hombre al que endiosan y a los efectos halájicos, es decir según la ley bíblica son considerados idólatras.

Indiscutiblemente todos los objetos de culto pagano están prohibidos tener algún provecho de ellos, por ende todos los objetos de culto cristiano son considerados objetos de idolatría y por lo tanto esta prohibido su aprovechamiento material es decir obtener usufructo de ellos.

Todo objeto de la idolatría puede ser anulado solo por el idolatra, es decir si un idolatra tiene un objeto del paganismo y toma un martillo y destruye su figura convirtiéndolo en algo inservible para dicho culto, el material puede ser aprovechado.

Sin embargo esto no sucede con un judío que recibe por ejemplo un objeto oro de ese culto con una figura de la idolatría, ya que no sirve de nada que el destruya la figura, la idolatría solo deja de ser efectiva cuando el propio pagano la destruye y luego, si esta permitido usufructuar del material de la misma.

Por lo tanto si un judío recibe como obsequio algún objeto de dicho culto no puede venderlo para utilizar el dinero.

Sin embargo, en referencia a la cruz escribe el gran erudito autor de la obra Terumat Haddeshen en nombre del Rabi´a  (s. XIV) que las cruces que los sacerdotes cristianos cuelgan en sus ropas o alrededor de sus cuellos no son sino un recuerdo simbólico por lo que no deben considerado como Abodá Zará y prohibir su usufructo.

Y así lo dictamina Ram´a  “Posek” legislador Ashkenazi  s. XV- en sus comentarios al Shuljan Aruj (Yoré Dea cap. 141): Las formas a las que se prosternan son consideradas idolatría y por lo tanto está  prohibido usufructuarlas.

Sin embargo las cruces que penden alrededor del cuello no son sino un recuerdo  simbólico y  no se consideran  un objeto de culto idólatra, y al parece en este caso se pude aprovechar el material.

Supongamos que a alguien le regalan una medalla que dentro de todas las figuras contiene además una cruz como parte de la decoración de la medalla, de acuerdo a lo anterior, la medalla a la que hace referencia la pregunta no posee la legislación de Abodá Zará y por lo tanto esta permitido tener provecho de la misma.

Así lo decreta el Jajám Ritb´a  (s.  XIV) con respecto a los objetos en los que se hallan grabadas cruces, afirmando que tales objetos no deben ser prohibidos ya que los cristianos no adoran ni reverencian las formas grabadas en los objetos ya que no se prosternan sino a las cruces impurificadas por los sacerdotes, no a las que se hallan en los objetos.  Y agrega el Ritb´a  que por dicho motivo aceptamos utilizar las monedas que poseen grabada una cruz ya que es evidente que dicha forma no se grabó en la moneda para servirla y por lo tanto es posible obtener de la misma usufructo.

Sin embargo, en la obra Meoré Or “responsas rabínicas” escribe que como es sabido los cristianos eventualmente besan las cruces que cuelgan en sus ropas o cuellos, se consideran Abodá Zará y por lo tanto la autorización arriba citada en nombre del Ram´a rige exclusivamente en los lugares en los que se posee la certeza que no son adoradas.

Pero en nuestro caso, en que la medalla es nueva y no fue utilizada no existe tal prohibición por lo que en principio se puede permitir su usufructo, vendiéndola o fundiéndola sin ningún tipo de restricción.

En síntesis, una cruz nueva que fue confeccionada para ser colgada como adorno o joya en la vestimenta, no es considerada  objeto de idolatría y por lo tanto es permitido venderla o usufructuarla de otra forma.

Pero hay que tener en cuenta que es mucho mejor abstenerse de comercializar cosas que tengan algún sentido de paganismo, es muy importante estar lo más lejos posible de todas estas cosas.

En tiempos cuando la mayoría del pueblo judío se encuentre en la tierra de Israel, y se instaure un gobierno verdaderamente judío, es un mandato de la Torá, destruir todo lo relacionado con la Idolatría ("Hashmadat Abodá Zara")
Es el precepto con el cual se nos ordenó destruir toda idolatría y sus templos, con todos los sistemas de destrucción y aniquilación —romper, quemar, demoler y arrancar—, cada cosa según lo que le corresponde, es decir, con lo que sea más terminante y rápido para el logro de su destrucción. La intención es que no dejemos recuerdo de ella.
El todopoderoso exaltado sea, dijo: Destruir, habéis de destruir todos los lugares. Y además dijo El: Sino que así habréis de hacerles: sus altares demolerás...; y además dijo El: Y demoleréis sus altares.
Cuando todo esto fue mencionado en el Talmud Sanedrín, como Precepto Positivo concerniente a la idolatría, dijeron con sorpresa: "¿Qué Precepto Positivo hay en idolatría? Lo explicó Rav Jisdá: y demoleréis".
Dice el Sifrí: "¿De dónde dices tú que si taló una Asherá (árbol idolátrico), y ésta surgió nuevamente, incluso diez veces, que esta obligado a talarla? Para enseñárnoslo fue dicho: Destruir habéis de destruir".
Y allí dijeron: "Y destruiréis el nombre de ellos de aquel lugar — en la Tierra de Israel se te ha ordenado perseguirlos, mas no te ha sido ordenado perseguirlos fuera de la Tierra (de Israel)".

Rab Berl Schtudiner

El Mal de Ojos




Cuenta el Talmud (Bava Metziá 107:) Que Rab, su nombre completo es Rab Aba Arija entro cierto día al cementerio, e "hizo lo que hizo".

Según nos explica Rashí o Rabí Shlomo Itsjaki "hizo lo que hizo", significa que por medio de susurros y oraciones determinadas sobre las tumbas se enteró de lo que había causado la muerte de sus ocupantes y noto que  noventa y nueve de de los fallecidos, habían muerto del mal de ojo “Ain Hará” y solo uno de muerte natural.

El Rab explicaba el versículo de Deuteronomio 7.15: "Y apartara el Eterno de ti toda enfermedad" como si también dijera "Apartara de ti el mal de ojo", puesto que según su comprensión casi todas las enfermedades provenían del mal de ojo.

Rab también podía saber aproximándose a cada tumba, de que enfermedad murió la persona sepultada en ella. En otro pasaje agrega que Rab preguntaba en un estado de somnolencia al muerto lo que le había sucedido, y de ese modo conocía la razón de su fallecimiento. Basados en este concepto, los Jajamim recomendaron pronunciar sobre el enfermo la formula correspondiente para quitarle el Ain Hará, llamada en hebreo Lajash le Ain Hará.

Según se comprende es posible que los que hayan muerto fueron también aquellos que desearon el mal de ojos o una envidia al prójimo, ya que el mal de ojos es una vía de doble sentido.

“Cuando la gente desea el mal recibe parte del mismo”

Existe una ley espiritual en el judaísmo llamada, “midá kenegued midá”, medida por medida. Esto significa que cualquier cosa que los humanos hagan, desde el cielo se  le responde de la misma manera.

Pidyón “Ceremonia de rescate”

Hay quienes acostumbran a hacer una ceremonia de rescate por un enfermo en estado grave, que se emplea para enfermedades de cualquier índole.

El pidyon se suele hacer generalmente con 160 monedas de plata que corresponden a los valores numéricos de las siguientes palabras Tzelem צלם “forma” y el valor numérico de las palabras Ets עץ “árbol” y Kesef כסף “plata”.

¿Cómo evitar el mal de ojo?

Hay que intentar ser como Yosef, y el motivo es que Yosef era un hombre que triunfaba, que nunca conoció la decadencia ni el fracaso.

En nuestro acaecer diario  sucede que logramos tener alguna vez cierto éxito y luego se puede percibir una decadencia, hay quienes ruegan no llegar muy alto por temor a la caída, dado que al parecer suele ser proporcional a la altura de la elevación.

Hay una expresión que se encuentra registrada en el Talmud Berajot 55 b. y que se emplea cuando alguien considera que esta bajo influencias del Ain Hará.
Se toma el dedo pulgar de la mano derecha, aprisionando por los dedos de la mano izquierda, exceptuando el pulgar que a su vez será tomado por los cuatro dedos restantes de la mano derecha es decir de forma inversa y luego hacer la siguiente afirmación:
“Yo soy (nombre del hijo) hijo de (nombre del padre), descendiente de Yosef a quien no le puede dañar el mal de ojo”.

Quizás nos preguntemos ¿Por qué decimos descendiente de Yosef si quizás nosotros no seamos sus descendientes, o por que Yosef el Tzadik esta por encima del Ain Hará?.
Nos enseña el Talmud que todo el que enseña algo a alguien, ese alguien es considerado como su hijo. Y cuando nosotros decimos soy descendiente de Yosef, estamos diciendo soy su alumno, pertenezco a su escuela y sigo sus pasos.

Yosef se cuidaba de pecar en cuestiones sexuales, evitó caer ante la esposa de Potifar una de las mujeres mas bellas de la corte faraónica, pero también nos explica que Yosef era tan bello que en los desfiles de gobierno enfocaba sus ojos hacia a la tierra para evitar desear a alguna mujer, cuando Yosef salía, las mujeres se subían a los muros para arrojarle sus joyas de modo que él alzara sus ojos pero ellas no lo lograban por que el las evitaba por todos los medios. Como pudo verse en toda su vida fue una persona de mucho éxito, cuando joven a la edad de treinta años fue Virrey de Egipto gobernado hasta la edad que falleció a los 110 años, quizás fue el único gobernante sin Ain Hará.
Yaakov le dice a su hijo Yosef:

"Y ahora, tus dos hijos, Efraím y Menashé que te nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo viniese a ti en la tierra de Egipto, serán míos; como Rubén y Shimeon serán míos." (Bereshit / Génesis 48:5)

Yaakov bendijo a Yosef y a sus hijos “Efraín y Menashé”  como esta expresado en Bereshit 48:20, una bendición que acostumbramos a decir a nuestros hijos generalmente al comenzar el banquete del Shabat como dice en Bamidbar 6: 24-26

Y es por eso que el abuelo Yaacob los puso bajo su nombre al mismo nivel que sus hijos mayores. Y es por eso que los designó como modelo de bendición: " Y los bendijo aquel día diciendo: -Israel bendecirá en vuestro nombre, diciendo: ''Dios te haga como a Efraín y como a Menashé ''..." (Bereshit / Génesis 48:20). Tal como Rashí explica en el lugar: "aquel que quiera bendecir a sus hijos, es bueno que lo haga con esta bendición, para que el Eterno los haga como Efraím y Menashé".

Yaakov reconoció el vigor de la educación en la fidelidad al Eterno provista por Yosef, similar a la que Yaakov había instruido a sus propios hijos. Una educación que los hacia poder sortear las dificultades que presentaba la poderosa cultura idolátrica que imperaba en el entorno.

Según Maimónides el Rambam su postura con respecto al Ain Hará, el interpreta que cada vez que en la Torá y en el Talmud se menciona al ojo malo, se refieren a la persona que es envidiosa.

¿De que modo una persona suele tener envidia?, la envidia comienza a partir del sentido de la visión. Cuando alguien ve que el otro tiene mas cosas que uno mismo no importa lo que ello sea. Pero la importante salvedad que hace el Rambam es que esa envidia no quiere decir que pueda transmitir el mal.

Por ello, cuando Maimónides analiza la sentencia del Rab Aba Arija en el Talmud que dijo que 99 de los enterrados en ese cementerio, murieron por el mal de ojo, señala que son ellos justamente los que tenían envidia. O sea que no es como que algunos interpretan que hayan muerto víctimas del mal de ojo ajeno, sino que murieron víctimas de su propio ojo malo, es decir, de su propia envidia. Dado que no se puede matar a nadie con los ojos.

Según esta hipótesis, entonces, se trata de un problema que concierne únicamente al que experimenta envidia, celos y desmedida ambición. Daña a uno mismo pero no al prójimo. Cuando se menciona al ojo, no es sino un giro idiomático. Dice también el Talmud: "Ain roa be lev jover" diciendo el ojo ve y el corazón envidia.

“Es decir que la envidia entra por los ojos”

Rab Berl Schtudiner

viernes, 25 de diciembre de 2009

"Naasé veNishmá" - Haremos y Escucharemos





Todo lo que Dios diga haremos y escucharemos” (Éxodo 24:7)

Cuando Israel recibió la Torá en el Sinaí declaró, "Naasé veNishmá”, inmediatamente luego de estas dos palabras los ángeles descendieron y colocaron dos coronas sobre la cabeza de cada judío.

Una corona era por "Naasé" (haremos) y la otra por "Nishmá" (escucharemos).

Estas coronas fueron retiradas más tarde después que los unidos a Israel por conveniencia adoraran el Becerro de Oro, pero las mismas les serán devueltas en el Futuro. Así está escrito (Isaías 35:10), "Los redimidos por Dios volverán y entrarán a Sión (Jerusalem) con canciones de alegría y eterno regocijo sobre sus cabezas”. (Talmud Shabat 88a)

Todos los comentaristas se hacen la siguiente pregunta obvia: ¿Cómo es que "Naasé" precede a "Nishmá"? ¿Cómo puede una persona hacer algo antes de escuchar qué es lo que debe hacer? ¿Cómo pudo Israel apurarse a aceptar la Torá antes incluso de saber qué es lo que estaban aceptando?

El consenso general es que hacer se refiere al cumplimiento de las mitsvot, mientras que escuchar se refiere a comprender qué es lo que ellas significan. Esto puede compararse a un adulto que sabe qué es lo mejor para un niño y le ordena que cumpla con sus obligaciones, esperando que, al madurar, se hagan claras para el niño la importancia y la necesidad de esas obligaciones. Pero la Biblia y las enseñanzas de nuestros Sabios son mucho más profundas de lo que se presenta a primera vista, y el Rab Najmán de Breslov explica esta aparente paradoja del "Naasé veNishmá" con un enfoque singular.

Las palabras "Naasé veNishmá" corresponden a los aspectos ocultos y revelados de la Torá. "Naasé: Haremos" es sinónimo de la Torá revelada, incluyendo los preceptos que cada persona debe cumplir de acuerdo a su nivel. "Nishmá: Escucharemos" es sinónimo de la Torá oculta, aquello que se encuentra más allá del nivel de comprensión actual de una persona.

Esta misma relación existe entre la Torá y la plegaria. "Haremos" es sinónimo de la Torá - aquello que nos es revelado, aquello que sabemos cómo cumplir. "Escucharemos" es sinónimo de aquello que está oculto, correspondiente a aquello por lo cual debemos orar (Likutey Moharán I, 22:9).

La Torá es el aspecto revelado del conocimiento. La plegaria es paralela al aspecto de la Torá oculta - aquello que está más allá de nuestra capacidad de comprender e asumirlo concientemente. Esto corresponde al "makif" (la luz que rodea), y que oramos para poder alcanzarla y hacerla propia.

Al definir esta relación dinámica, nos enseña que el objetivo debe ser comprender aquello que está oculto en este momento y transformarlo en algo revelado. Esto se logra estudiando Torá con la intención de cumplir con sus preceptos, y luego orando a Dios para tener el mérito de comprender la profundidad de aquello que hemos estudiado. Esta era la intención del Rey David cuando oró (Salmos 119:18), "Abre mis ojos de modo que pueda percibir las maravillas ocultas de Tu Torá”. Esto es lo que todos nuestros grandes profetas y sabios hicieron y esto es lo que hizo el Rey David en los Cinco Libros de los Salmos que, significativamente, corresponden a los Cinco Libros de la Torá. Mediante los Salmos, el Rey David transformó efectivamente la Torá en plegaria.

Nosotros también podemos hacer lo mismo. La Torá es la Voluntad de Dios y luego de haberla estudiado, podemos transformar esa misma Torá en una plegaria. Al "devolver a Dios Su Torá en forma de plegaria" (es decir, pidiendo cumplir con nuestros estudios y merecer comprender las profundidades de la Torá), Le estamos diciendo a Dios que queremos lo que Él quiere. Así completamos el circuito, transformando nuestra voluntad en la Suya. Al hacerlo, merecemos que nuestras plegarias se transformen en una Torá más profunda - aquello que estaba oculto se transforma en revelado; aquello que había estado más allá de nuestra percepción se vuelve interno en todos los aspectos de nuestras vidas. Podemos entonces merecer las dos coronas del "Naasé veNishmá" que adornaban al pueblo judío en el Sinaí.

El Rab Najmán de Breslov concluye que estas coronas son la esencia de la gran alegría que experimentaremos en el Mundo que Viene - ellas son "el Keter" que anhelamos alcanzar, el nivel más elevado de comunión con Dios. Por esto el versículo dice (Isaías 35:10), "Los redimidos por Dios volverán y entrarán a Sión con canciones de alegría y eterno regocijo sobre sus cabezas”. "Eterno regocijo" es la alegría del Mundo que Viene, que ahora se encuentra más allá de nuestra capacidad de comprensión. Cuando "oramos la Torá de Dios," que unifica nuestra voluntad con Su deseo de llevarnos al nivel de merecer la vida eterna, podemos alcanzar la alegría y la satisfacción del Mundo que Viene incluso ahora, en este mundo.

 Rab Berl Schtudiner

martes, 15 de diciembre de 2009

Una luz de Januca en Auschwitz




Se dice que mucho depende de la suerte. Incluso para aquellos que fueron llevados a la cámara de gas en el campo de la muerte de Auschwitz, todo dependía de la suerte. Había momentos en que el verdugo estaba en extremo apurado y no tenía tiempo para prolongar la tortura de los condenados. En esos momentos, la ruta desde los 'vagones de la muerte' hasta los hornos era corta. Pero en otras era insoportablemente larga y agotadora. Cuando los cargamentos en trenes comenzaron a llegar con fluidez y los hornos no tenían capacidad para ellos, los emisarios del demonio se tomaban su tiempo para atormentar sin descanso a los vapuleados judíos. Estos emisarios fueron mucho peor que sus propios amos. El Satán había inventado un método de asesinato en masa eficiente y eficaz, mientras que sus secuaces continuaban matando a los mismos judíos una y otra vez...
En aquella noche nevada el cargamento del tren fue descargado como siempre, y su nuevo transporte fue conducido a la entrada principal de Auschwitz, donde sobre el portón podía leerse la leyenda: "el trabajo hace libre"). El kapo principal no tenía apuro. No azuzó a los desfallecientes hombres en marcha. No empleó su látigo sobre sus agachadas cabezas. Ni tampoco usó la habitual mentira, "Muévanse, judíos roñosos. Muévanse hacia la gran casa de baños. ¡Muévanse!" Esa noche la orden secreta del comandante del campo era encaminar a los recién llegados a las cabinas de la "Escuadra de Trabajo", y organizar un juego en honor a la festividad judía, la "Fiesta de los Macabeos". El brutal rostro del kapo principal asumió aires de ansiedad, y habló con simulada simpatía.
"¡No hay apuro, judíos, no hay apuro! Hoy es vuestra fiesta. Les espera una buena comida. Sus huesos están muy resecos y frágiles. No sirven para hacer un fuego decente. En su honor hemos encendido hoy los cuatro hornos, y todas sus chimeneas estarán lanzando bocanadas de humo y lenguas de fuego. Es su Festival de las Luces, su Janucá, como ustedes lo llaman".
"¡Janucá!" Esa palabra, escupida hacia el gentío por boca del villano, flotó en el aire sobre las cabezas de la oprimida y desolada multitud, suspendida como la chispa que es liberada de repente por el golpe de un trueno. ¿Podría esa chispa tocar el resabio de humanidad y encenderlo? ¡Chispa afortunada! Para la mayor parte de la multitud esa chispa pasó desapercibida.
"¿Qué es Janucá?".
Pero aquí y allá alguien sí fue tocado por ella. "¿Janucá? ¿Podía ser posible? El Satán gobierna el mundo; no hay, milagro de salvación". La chispa los alcanzó, pero se apagó. Sólo en un lugar la chispa prendió y se convirtió en llama. "¡Janucá! ¡Janucá a pesar de todo! Un simple resplandor de luz de la Fuente Divina puede en última instancia disipar toda oscuridad y mal!". El sacro lugar en el que la llama se había encendido era el corazón de un tal Rabí Efráim, el más viejo del grupo, presidente de la Corte Rabínica de una de las comunidades judías.
El grupo se movilizó hacia la muerte y la extinción. Y en la terrible oscuridad, la chispa encendió la voluntad por rebelarse. Satán se estaba preparando para su espectáculo, con la intención de degradar a aquellos designados a ser conducidos a la matanza, pero en los corazones de los condenados se había tocado una nota de férreo desafío. Cuando el grupo fue introducido en una cabina demasiado pequeña como para sentarse, el viejo Rabí comenzó a hablar:
"¡Hermanos judíos, hoy es Janucá!. Satán mismo nos lo ha dicho. Es cierto, éste es un lugar impuro, pero no debemos dejar de lado el encendido de la luz de Janucá. Encenderemos la sagrada luz de Janucá acá mismo, en esta cabina!".
"No puedes estar diciéndolo en serio", gritó alguien con voz angustiada.
"¡Adelante, adelante! Enciende tus luces. Aceite puro de oliva, y mechas ritualmente aceptables", dijo otra persona, riendo despectivamente.
"Mira allá", exclamó una tercer persona. "Aquellos fuegos allí afuera, son nuestros, son para nosotros", y señaló por la ventana en dirección a los hornos encendidos.
"¡A pesar de todo, hoy es Janucá, hermanos judíos!", habló nuevamente el viejo Rabí, levantando su voz. "¿Quién precisa aceite y mechas? ¡Cada judío es una vela, tal como está escrito: 'El alma del hombre es el candel de Di-s'. En el alma de cada judío hay una tinaja de aceite sellado con la Palabra Divina y reservada para un momento de necesidad. Cuando llega el momento la tinaja se abre, estremecida por el Mandato Divino, y la atesorada luz se enciende en cada corazón judío; y la llama, la Llama Divina, comienza a elevarse!".
El rostro de Rabí Efráim brilló, y sus ojos despedían chispas. En su alma la tinaja de aceite se había preservado en toda su pureza, y ahora ardía con su llama sagrada. Era obvio que en su gran fervor el Rabí tenía mucho para decir. Pero Satán, disfrazado de kapo principal, irrumpió en la cabina.
"¡Judíos sucios, os había prometido una buena comida en vuestro festival, y pienso cumplir mi promesa! Os daré servicios regulares de hotel y restaurant, para engordaros. Pero primero he de enseñaros una lección acerca de los buenos modales que observamos en este campo. Regla Uno: Hemos preparado para vosotros sopa hirviendo, y la serviremos en las palmas de vuestras manos. Regla Dos: Para cada uno de vosotros se ha estipulado una rodaja de veinte gramos de pan. Cada diez hombres recibirán una hogaza entera y tendrán que dividirla entre sí sin el uso de cuchillo. Regla Tres: A cada uno de vosotros se dará esta noche dos gramos de grasa. Lo lameréis de vuestros dedos a mi orden!"
Los hambrientos y degradados hombres se sujetaron a la promesa de comida como quien se aferra a una astilla para no ahogarse. El kapo principal y sus asistentes comenzaron a distribuir las porciones de grasa. "Cada ración de grasa es de 700 calorías, suficientes para trabajar una semana. Cada pizca es un día de vida", explicó el kapo en un metódico tono alemán. Estaba decidido a exprimir de los corazones de sus hambrientos prisioneros hasta la última chispa de humanidad, e instigarles a pelear entre sí. "Cada judío de cuerpo recio recibirá una ración doble", agregó, como después de meditarlo.
Era el turno del viejo Rabí para recibir su porción.
"Tú, abuelo. Te daré una doble ración", se rió el kapo ruidosamente, y en su espasmo dejó caer unas partículas de grasa al suelo, que ordenó al anciano levantar.
"¡Un milagro, un milagro!", susurraba el anciano Rabí. Presuroso se arrodilló, levantó con cuidado los pequeños trozos de grasa del suelo, y los depositó en el ruedo de su saco.
-"¡Ja, ja, ja, tú, viejo glotón!", se regordeaba el kapo con la degradación del viejo Rabí. El grupo de judíos humillados estaba allí sin poder comprender la intención del Rabí.
"Recibiréis la sopa hirviente y el pan exactamente en una hora. Entretanto, podéis lamer la grasa que se está derritiendo en vuestros dedos".
El kapo abandonó la cabina. Fue a buscar a sus amigos para compartir con ellos su diversión de ver degradados a los judíos.
"¡Mis queridos amigos, es un verdadero milagro!", se escuchó la voz del anciano Rabí. "Levanté los trozos de grasa con un objetivo sagrado. ¡Ahora podemos encender las luces de Janucá! En aras de las luces de Janucá deberíamos estar dispuestos a renunciar a nuestra porción de grasa. ¡Yo encenderé con la mía! ¡Un verdadero milagro del Cielo!".
"¡Una luz de Janucá! ¡Una luz de Janucá!", las palabras hicieron brotar gritos de júbilo.
"¡Para cumplir la mitzvá!", consagró el anciano, y mientras hablaba sacaba unas hebras de su saco para hacer mechas y sostenía el ruedo en el qué estaban los trozos de grasa.
"¿Dónde pondremos la grasa de manera que podamos encenderla?", murmuró el anciano para sí, pensando en voz alta.
"Tengo una pequeña cuchara de plata que estuve ocultando", gritó alguien entre la gente.
"Te daré, la cubierta de mi reloj de bolsillo", dijo otra persona.
"¿Quizás puedas utilizar los botones de mi capa?", dijo una elegante mujer en tanto los arrancaba.
"¡Excelente idea! ¡Una verdadera mitzvá !", el viejo Rabí sonrió y tomó un par de botones. Estaban hechos de latón, y una vez que se les sacó la tela interior eran contenedores adecuados para derretir la grasa en su interior.
Todos los preparativos para el encendido de las luces de Janucá ya estaban terminados.
El rostro del viejo Rabí brilló:
"¡Todo el objetivo de encender las luces de Janucá es hacer público el milagro, pues a fin de cuentas las fuerzas de la santidad se impondrán y triunfarán sobre las fuerzas demoníacas carentes de Divinidad! De modo que, encendamos las luces sobre la base de la ventana, para que el enemigo villano sepa que su fin está próximo...
El viejo Rabí se paró delante de la ventana por la cual podía ver el humo de los hornos elevándose hacia los cielos, y entonó la bendición por el milagro del aceite, encendiendo la sagrada llama en el corazón de cada uno.
"Estas luces son sagradas...
El viejo Rabí cantó el himno de Janucá, y varios se le unieron en el cántico.
"¡Kreuzdonnenvetter!", entró el kapo corriendo gritando a todo pulmón. Las luces en la ventana habían causado la alarma general.
"¿Qué es todo esto?".
"Estas son luces de Janucá. Tú mismo nos has recordado que es Janucá", habló con seguridad el viejo Rabí, como alguien que lograra su objetivo y no tuviera de qué temer.
"¡Diablos e infierno! ¡Pagarán caro todo esto, todos ustedes. Y tú, viejo imprudente, serás el primero!", gritó el kapo, mientras en su voz podía sentirse el despecho de ver su plan frustrado.
Esa noche los residentes del campo saborearon el milagro de Janucá. En sus corazones, así como en el corazón del verdugo que había jurado tomar venganza, quedó una sensación, una sensación de que la pequeña llama danzando en la ventana había logrado una victoria más sobre las chimeneas del gigantesco crematorio e incluso sobre la muerte misma.



(1)Kapo: era un término usado para ciertos presos que hicieron trabajar dentro de los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial en varias posiciones administrativas más bajas. Viene de las primeras silabas de la palabra alemana Kameraden Polizei  “Camarada Policia” también puede también significar el “capataz” y se deriva del francés para el “cabo” (caporal) o de la palabra italiana capo. Los kapos recibieron más privilegios que los presos normales, hacia quienes eran a menudo brutales. Los kapos eran comúnmente presos que se habían ofrecido a hacer ese trabajo a cambio de recibir los privilegios anteriormente mencionados.


(Extraído del libro Cuentos de distintas épocas (C) Edit. Kehot Lubavitch Sudamericana)

jueves, 10 de diciembre de 2009

¿Que nos aparta de las malas influencias?




Hay muchas tradiciones que nos relatan con respecto a como era la naturaleza de la comunidad judía en el tiempo de la esclavitud de Egipto. 

El midrash nos describe cómo el pueblo había caído al "nivel 49 de impureza”.  Nuestro pueblo lamentablemente se había desviado del camino de sus antepasados, por muchos motivos, una de ellas era la constante opresión producida por la esclavitud,  y algo pernicioso fue el contagio de la sociedad reinante que ejercía una mala influencia, por otro lado estaban sumergidos dentro de un mundo de idolatría.

Nuestros Sabios como veremos en el Midrash Rabá nos enseñan que incluso la circuncisión había sido dejada de lado y Moshé tuvo que forzarlos a hacerla antes del Éxodo.

"Y se levantó un nuevo rey": Los sabios comienzan este discurso con el siguiente pasaje: Ellos han traicionado a Dios pues hijos extraños han concebido… (Hoshéa 5, 7).  Esto nos muestra  que cuando Yosef murió, ellos abolieron el pacto de la circuncisión, diciendo: "Seamos como los egipcios" (Midrash Rabá - Éxodo 1:8).

Sin embargo, se nos dice que hubieron algunos aspectos de la tradición que quedaron intactos: los judíos mantuvieron una vestimenta distintiva, nombres distintivos y un lenguaje distintivo. 

El libro Méshej Jojmá explicó que la conservación de estas tres prácticas estaban basadas en una tradición proveniente de Yaacob, quien había anticipado un deterioramiento en la vida judía debido al exilio.  Yaacob enseñó a sus hijos que, pase lo que pase, ellos debían siempre cuidar tres costumbres básicas, con la esperanza de que esto detuviese el proceso de asimilación.  El midrash que es la fuente de esta enseñanza es un poco oscuro; un midrash más accesible nos enseña que los judíos fueron redimidos porque ellos no cambiaron sus nombres o lengua, ni hablaron lashón hará, o cometieron actos de inmoralidad sexual.  La fuente que menciona la ropa en lugar de los dos últimos ítems puede ser encontrado en el midrash "Shojer Tov" y ésta es la versión que ha entrado en la conciencia de la comunidad judía.

Cuando nosotros consideramos estos tres ítems, es fascinante notar que Moshé mismo, el redentor, parecía ser deficiente específicamente en estas áreas.  El nombre de Moshé: Moshé nació en una familia de la tribu de Levy.  En ese tiempo había un decreto de que todos los hombres que nacieren debían ser tirados al río Nilo.  Moshé fue encontrado por la hija del Faraón, flotando en una canasta.  La hija del Faraón adoptó a Moshé y le puso este nombre.

"Y el niño creció, y ella lo trajo a la hija del Faraón, y fue para ella como un hijo; ella llamó su nombre Moshé, y dijo (explicó) [pues de las aguas él fue sacado]" (2:10).

No le fue dado a Moshé un nombre judío, él fue llamado por una princesa egipcia.  El nombre de Moshé, sin embargo, contiene un elemento que es mucho más insidioso que un simple nombre de origen no judío.  El Talmud expone la siguiente pregunta respecto del nombre de Moshé: Dónde está indicado (el nombre de) Moshé en la Torá? (Julín 139b).

Cuando la hija del Faraón le puso el nombre a Moshé, ¿qué es lo que ella estaba tratando de comunicar?  Para entender la profundidad de su acción, primero debemos entender quién fue esta mujer, y, por esa razón quién su padre pensaba que era.  En el libro de Iejezkel el siguiente pasaje aparece:

"Habla y comunícate, así dijo Dios: he aquí que yo estoy en tu contra, Faraón, rey de Egipto, el gran cocodrilo que está recostado en el medio de sus ríos, quien dice: mío es mi río (Nilo) y yo me hice a mí mismo" (Iejezkel 29:3). El Faraón creía que él era el dios del Nilo.  El decreto que decía que todos los niños judíos debían ser tirados al río Nilo se hace más significante con esta visión:

Cuando las parteras se negaron a matar a los niños, el Faraón sugirió que los niños sean tirados al agua en lugar de eso.  ¿Por qué esto sería más atractivo que simplemente matarlos?  Cuando apreciamos que el Faraón se declaró a sí mismo el dios del Nilo, en efecto, él estaba diciendo "arrojen a los niños al Nilo, y el dios del Nilo decidirá quién vivirá y quién morirá", como si las parteras no harían ningún acto de asesinato.

No sólo el Faraón pensaba que era el dios del Nilo sino que también llamó a su hija "Batiá" - hija de dios.

Y estos son los hijos de Batiá, hija del Faraón" (Divré Haiamim 1 4:18, también ver Kalá Rabatí 3:23, Vaikrá Rabá 1:3).

Esta fue la mujer que salvó, y le dio nombre a Moshé.  Su padre fue "el dios del Nilo", ella fue la hija de "dios", y ella sacó un hijo del Nilo y lo llamó Moshé.

"Pues de las aguas él fue sacado" (2:10). - Cuando Batiá le puso el nombre a Moshé, quiso proclamar algo que tenía significado teológico e implicaciones políticas también.  Ella estaba aclamando que el Nilo había dado a luz a su hijo.  Por supuesto que ella sabía racionalmente que uno de los hebreos había, de hecho, dado a luz a Moshé, pero debemos recordar que el haber tirado los niños al río Nilo no fue visto como un acto de asesinato, sino como algún tipo de juzgamiento. 

Moshé surgió del Nilo con vida, lo cual tiene un significado teológico para Batiá.  Es por eso que él es declarado "hijo del Nilo".  Ella estaba obviamente poniéndolo a él como el futuro Faraón, o por lo menos que tomase su lugar en el panteón de los dioses egipcios.  El nombre de Moshé no fue meramente un nombre egipcio; fue puesto con una connotación idólatra.

Esta visión también nos da una gran apreciación de Moshé, porque ahora sabemos lo que habrá sido para él dejar el palacio y "buscar a sus hermanos".  Cuando Moshé intercedió y mató al egipcio, él estaba, de hecho, rechazando toda la forma de vida que había sido dispuesta para él. 

El acto heroico de Moshé - el cual tiene un antecedente espiritual en el comportamiento de su bisabuelo Levy - fue un acto de autosacrificio por otro judío.  Al matar al egipcio, Moshé perdió su rol en la sociedad egipcia; él no sería más visto como un dios, sino que sólo como un judío, y sus oportunidades de algún día ascender al trono desaparecieron. 

Este autosacrificio fue el primer paso hacia la asunción del liderazgo del pueblo judío, pero por supuesto, tal consideración era bastante extraña a Moshé.  De cualquier manera, no podemos mirar por arriba la ironía del nombre de Moshé: el redentor de los judíos, quienes retuvieron sus distinciones en sus nombres, fue considerado un dios para los egipcios, y su nombre reflejaba este estatus y rol.  Vestimenta: Cuando Moshé se escapó de Egipto, fue a Midián, donde fue identificado y descripto como un "ish mitzrí" - un hombre egipcio. ¿Qué tenía Moshé que lo hacía parecerse a un egipcio?

"¿Fue Moshé un egipcio? Más bien sus ropas eran egipcias, pero él era un hebreo" (Midrash Rabá 1:32).

El segundo factor que contribuyó a la liberación fue que tenían una vestimenta distintiva.  Aquí también, Moshé fue deficiente.  Lenguaje: los judíos también conservaron un lenguaje diferente, preservando el hebreo como su lengua madre a pesar de los largos años de exilio.  Aquí también, las credenciales de Moshé parecían faltar.

La Torá nos dice que Moshé tenía dificultades para hablar: "Yo no soy un hombre elocuente…., sino que soy lento (kaved) de habla, y lento de lengua" (4:10). Más tarde, Moshé se describió a sí mismo como "arel sefatáim" (6:12,30) que literalmente significa "labios no circuncidados", refiriéndose a otra clase de impedimentos.  Tomándolo literariamente, surge que Moshé no siente que él tiene el derecho de representar al pueblo de Israel porque su lengua estaba "no circuncidada": el habla de Moshé también era egipcia.

Si, verdaderamente, los judíos fueron salvados porque conservaron estas tres prácticas básicas de identificación, entonces, Moshé pareciera ser un improbable redentor.  Por qué fue elegido Moshé?  Como vimos por la respuesta de Moshé a la opresión de sus hermanos judíos, él ciertamente poseía cualidades para liderar.  El modelo de liderazgo en la tradición judía no es el individuo que está predispuesto a subyugar a otros, sino que es el individuo que está predispuesto a sacrificarse por otros.  Moshé, quien fue el hombre más modesto, fue el líder más fino y el maestro más apropiado que nuestro pueblo pudo tener.  Aún más, a pesar de la educación de Moshé, él rechazó su rol en la sociedad egipcia, así como la cultura y la creencia egipcia.  Esto está evidenciado por el hecho de que después de dejar Egipto, está escrito: "Y Moshé fue el pastor del rebaño de su suegro" (3:1).

Esta cita, aparentemente inocente, dice mucho si recordamos la advertencia de Yosef a sus hermanos al llegar a Egipto: Ellos debían buscar una manera delicada de informarle al Faraón de su ocupación:

"Porque todo pastor es considerado abominación en Egipto" (46:34).

Moshé se había convertido en un pastor, la ocupación más detestable en el sistema de valores de Egipto.  Precisamente, en ese momento Dios se le revela a Moshé por primera vez, en la zarza ardiente.  El rechazo a la vida egipcia y sus valores fue lo que aparentemente permitió la Revelación Divina.  Podemos comenzar a entender porqué Moshé merecía ser el líder: él poseía una integridad espiritual increíble.  ¿De qué fuente es que Moshé tomó la fuerza de cambiar su vida?  Qué inspiró a Moshé a comenzar una búsqueda espiritual, una odisea que lo transformaría de ser el heredero del trono egipcio a ser el luchador por la libertad de los esclavos privados de sus derechos, el pastor cuidadoso, el derrotador del imperio egipcio, el líder de los judíos y finalmente el que recibió en el Monte Sinaí la Torá y la transmitió cumpliendo así el destino de Abraham, Itzjak e Yaacob?

Podemos ver dentro de Moshé las cualidades de sus distinguidos antepasados. Moshé tenía el jésed de Abraham, la guevurá de Itzjak y el emet de Yaacob. Todo esto puede ser visto en la reacción de Moshé hacia el esclavo judío quien estaba siendo golpeado por un egipcio.  Moshé sintió jésed hacia la víctima; Moshé mostró guevurá cuando puso a un lado sus consideraciones personales y se metió en el altercado.  Y finalmente, Moshé mostró emet cuando inmediatamente discernió cuál de los dos lados tenía razón.  Obviamente, los padres de Moshé hicieron un buen trabajo educándolo en el corto tiempo que tuvieron a su hijo en la casa, antes de entregarlo al palacio.      

Moshé ciertamente ganó su puesto de líder, ¿pero por qué Dios eligió un judío educado en el palacio para que sea el líder?  Evidentemente, para que el Éxodo tomase lugar, precisamente una persona como Moshé era necesaria.  Hay una enseñanza poderosa sobre la naturaleza del Éxodo que debemos aprender: si Él hubiese decidido, seguramente Dios podía simplemente "queriéndolo" haber sacado a los judíos de Egipto.  ¿Por qué tenía que pasar todo el proceso de las plagas y las negociaciones con el Faraón?  El propósito de esto pareciera ser de doble faz: era necesario para ambos, los judíos y los egipcios. 

Después de pasar tantos años en Egipto, las creencias de los egipcios podrían haber formado parte de la comunidad judía.  ¿Qué mejor manera de mostrar la ruptura del sistema de creencia egipcia que el haber revelado a uno de los "dioses" egipcios como un judío?  Para los judíos, esto erradicaría cualquier creencia naciente de la mitología egipcia.  Por supuesto, algunos de los judíos encontraron difícil rechazar totalmente estas influencias, así como podemos ver en el episodio del becerro de oro, pero para la mayoría de los judíos el mensaje estaba claro.  Mientras que Moshé se vio a sí mismo como inapropiado para liderar a los judíos, Dios no encontró a otro mejor que él, específicamente por los atributos que Moshé enumeró como sus propios "defectos".

Por otro lado, el mensaje fue importante también para los egipcios; ellos también necesitaban saber que su religión era falsa.  Quién mejor maestro que Moshé?  En un momento él se vistió como ellos, habló como ellos y ellos estaban incluso preparados para idolatrarlo.  Este tema de educar a los egipcios está articulado en la haftará (de Vaerá), donde está escrito que algún día todas las naciones del mundo reconocerán a Dios.

"Y todos los habitantes de Egipto sabrán que Yo soy Dios, porque ellos han sido un bastón para la casa de Israel…Y Yo dispersaré a Egipto entre las naciones, y los dispersaré entre los países; y ellos sabrán que Yo soy Dios" (Iejezkel 29:6, 30:26).

La redención de Egipto, que sirve como un prototipo de nuestra Redención final, tiene conceptos universales; no simplemente la salida de los judíos de esa tierra extraña, sino que una poderosa polémica en contra de la más grande civilización en el mundo en ese tiempo.  Cada una de las plagas fue diseñada como un truco para convencer a los judíos, por un lado, y desmoralizar a los egipcios por el otro.  Pero cuando la mitología egipcia se mostró como un sistema autoglorificante en quiebra, el pueblo egipcio tendría que haberse dado cuenta de la superioridad del pensamiento judío.  Al final, los egipcios, aún convencidos de la fortaleza de su dios el Faraón, lo siguieron y entraron con él en el mar, hasta la muerte.  Sorprendentemente, aún después de diez plagas, ellos todavía creían que tenían una posibilidad de ser victoriosos. 

Sólo podemos imaginar a los líderes egipcios alentando al ejército, insistiendo que el poder del Dios de los judíos se limita a la tierra, mientras que el poder del Faraón sobre el mar es absoluto y la victoria es segura…Cuando la redención final llegue, no va a ser sólo de un interés judío.  Será el evento más grandioso en las historia del mundo, que convencerá a todos los pueblos del mundo del error en sus caminos.  El concepto judío de la Redención tiene su antecedente en la redención de Egipto.  Moshé, el impredecible héroe, surge del mismo epicentro de la civilización que deberá ser rechazada: Como la gloriosa corona de la cultura egipcia, el rechazo de Moshé hacia la vida egipcia mostró mucho a todos los que lo conocían o supieron de él.  A pesar de que Moshé mismo dudó en asumir el rol del redentor, su mismo rechazo hizo que sea una opción mucho más atractiva, especialmente cuando recordamos que un elemento crucial del Éxodo fue la eventual Revelación en el monte Sinaí:

"Y Él dijo: 'Ciertamente Yo estaré contigo; y esta será una señal para ti, que Yo te he enviado.  Cuando tú saques al pueblo fuera de Egipto, deberás servir a Dios en esta montaña" (3:12).

Moshé es recordado para la posteridad no tanto como el redentor - su nombre es virtualmente ausente de la Hagadá de Pesaj que cuenta la salida de Egipto - sino que Moshé es conocido como "Rabeinu" - nuestro maestro, porque Moshé sobresale, como el más grande de los maestros en nuestra historia. 

Rab Berl Schtudiner

viernes, 4 de diciembre de 2009

Jerusalem y el chantaje al pueblo judío




En la parashá (versículo), de Vaetjanán, leímos en la primera parte del Shemá Israel la obligación de amar a Dios con todo nuestro corazón, con todo nuestro ser y con todas nuestras pertenencias materiales, es decir con nuestro dinero.
Sin embargo en nuestra parashá cuando se menciona la segunda parte del Shemá Israel, dice en plural que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón y con todo nuestro ser, pero allí se omite con todo nuestro dinero.
De aquí deduce la Torá Oral que en el ámbito personal debemos entregar todo por Dios pero en el ámbito comunitario debemos amar a Dios solamente con nuestro corazón y nuestro ser, sin embargo no con todo nuestro dinero. Es decir que si secuestraran a alguno de la comunidad y pidieran una suma astronómica para su rescate no debemos pagarla.

Ocurrió que en siglo XIII secuestraron al Rabino más importante de Europa, el Mahara'm de Rotemburg y pidieron por él una suma astronómica, su alumno, el Rosh, lo fue a visitar a la cárcel del señor feudal y le dijo que estaban juntando el dinero para liberarlo, a lo que el Mahara'm se negó rotundamente alegando la ley antes mencionada.

Nada pudo hacer su alumno para convencerlo y el Mahara'm pasó el resto de su vida en la cárcel. Pero gracias a su actitud los goim se dieron cuenta que no iban a poder chantajear a la comunidad y dejaron de secuestrar judíos.

A través del tiempo veremos cosas muy parecidas a lo que le sucedió al Mahara'm de Rotemburg, las cosas fueron se fueron transformando y los chantajes personales fueron cambiados por chantajes sistemáticos de terror, de presión social y económica, usando y pagando a los medios de prensa favores para que la opinión publica se apiade del chantajista y castigue duramente a la victima, por lo tanto refrescaremos parte de la historia.

Un cese el fuego no es un acuerdo de paz. Luego de la Guerra de Independencia de Israel, los árabes lanzaron una guerra de terror sistemática en contra de la población judía de Israel. Comandos conocidos como los fedayines, inspirados por el dictador egipcio Gamal Abdel Nasser, cruzaron la frontera y atacaron a los civiles judíos.

Estas incursiones terminaron como resultado de la Campaña del Sinaí en 1956, cuando Israel invadió la Península del Sinaí y llegó al Canal de Suez, en conjunción con un ataque sobre Egipto por parte de Gran Bretaña y Francia quienes se oponían a la nacionalización del canal por parte de Nasser. La campaña fue un éxito militar. Pero una nueva amenaza surgió por parte de la "Gran Roma".

La Unión Soviética protestó la invasión conjunta israelí, francesa y británica. Después de todo, para fomentar el conflicto los rusos habían armado a Egipto con el equipo más moderno; su oposición era de esperar.

Sin embargo, la sorpresa fue la decisión del presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, de ponerse de acuerdo con los rusos y forzar a Israel a evacuar la Península del Sinaí. Luego se estacionaron allí tropas de las Naciones Unidas.
Esta decisión equivocada condonando la agresión árabe sentó las bases para el continuo síndrome de "victoria y derrota" que ha confrontado a Israel desde entonces. Se les hizo claro a los árabes que mientras tuviesen petróleo para vender, Occidente siempre los apoyaría, pese a sus políticas anti occidentales y anti israelíes. Se les permitió a los árabes atacar a Israel y dedicarse al terrorismo pues Occidente nunca tomaría un partido definitivo en contra de ellos. Por el contrario, generalmente se le impidió a Israel protegerse.

El resto de la historia es una repetición de esos actos hipócritas por parte de las naciones, ahora la Unión Europea quiere mostrarse agradable a los ojos de los países árabes tocando el punto mas serio a los judíos es decir Jerusalem, no cabe ninguna duda que será usada Jerusalem para su provecho material.

Aunque los judíos nos asentamos en nuestra patria ancestral, estos esfuerzos fueron condenados por los países occidentales como un obstáculo para la paz. (Por otro lado, nunca quedó en claro cuáles fueron los obstáculos para la paz que existieron antes de la guerra de 1967, excepto por el solo hecho de la presencia judía en Israel. Es sorprendente que este tema nunca sea considerado apropiadamente, a no ser por los comunicados árabes inspirados por las relaciones públicas: "No arrojaremos a los judíos al mar".)

Luego de la devastadora Guerra de Desgaste (1968-1970), Egipto y Siria volvieron a atacar a las fuerzas israelíes en el Sinaí y en las Alturas del Golán en Iom Kipur, en octubre de 1973 y casi derrotaron a Israel. Luego de tres semanas de combate, los ejércitos árabes fueron vencidos. Desde entonces, los árabes no trataron más de presentar una guerra frontal, sino que utilizaron el arma del embargo petrolero en contra de los mismos poderes occidentales que descubrieron su petróleo, que lo desarrollaron y que aún hoy mantienen esos mismos campos petrolíferos. Occidente sucumbió, otorgando así un soporte financiero "de terceros" al terrorismo árabe.

Los actos terroristas, tales como el secuestro de aviones, de barcos y de autobuses, al igual que los asesinatos y bombas en Europa e Israel, fueron cometidos en etapas, principalmente por organizaciones árabes palestinas dedicadas a la destrucción del Estado de Israel, chantajeando a Occidente y desmoralizando a Israel. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), establecida en 1964, sirvió como una organización para incluir grupos terroristas. Luego de 1967, su líder, Yasser Arafat, perfeccionó la combinación de terror y diplomacia y nunca cejó en su determinación por destruir a Israel. A lo largo de los años acumuló una enorme riqueza personal, gracias a Arabia Saudita que lo financió a él y a la OLP desde su comienzo.
El dinero del petróleo árabe (petrodólares) ha sido lo que financió el terror durante décadas.

En 1982, Israel lanzó una campaña en el Líbano para expulsar a Arafat y a OLP de la parte sur del país, donde habían establecido una base para el envío de terroristas hacia Israel. Arafat se fue de Beirut y se asentó en Túnez en 1982. En 1990, Irak, que nunca había firmado un acuerdo de armisticio con Israel, ocupó Kuwait y la península arábiga. Cuando los Estados Unidos y sus aliados enviaron tropas para liberar Kuwait en 1991, Irak atacó a Israel lanzando misiles Scud contra Tel Aviv, para alegría de los árabes palestinos.

Luego de la Guerra del Golfo en 1991, y para consternación de muchos israelíes, Arafat fue "resucitado" por varios líderes israelíes con el apoyo norteamericano y europeo. Arafat estableció entonces la Autoridad Palestina en Ramala como resultado de los Acuerdos de Oslo de septiembre de 1993, ¡recibiendo el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos! Sin embargo, existía una razón para la eminencia de este villano. La entidad terrorista, y la de su fundador, deben su existencia al conocimiento que tiene su ángel guardián del inminente acercamiento del Final de los Días. O bien uno participa de la revelación de Dios o bien se le opone; su récord de asesinato y de terror prueban de qué lado se encuentra Ishmael. Por otro lado, Israel continúa siendo el centro de la presión internacional sufriendo los efectos del terror, que desafortunadamente continuarán hasta que llegue la salvación final.

Los países árabes sólo son importantes para Occidente debido al petróleo. Ellos no tienen ninguna universidad importante ni han alcanzado ningún logro mayor en las artes y en las ciencias. De hecho, ¡es muy difícil encontrar alguna contribución a la civilización hecha por Arabia en el último milenio! Pero aun así su petróleo, del cual tienen muchas reservas, es vital para el mundo industrializado.
Así, la descripción bíblica de Ishmael ha sido cumplida. De acuerdo con la Torá, Ishmael "Será un hombre salvaje: su mano estará contra todo hombre y la mano de todo hombre estará contra él..." (Génesis 16:12). El Tárgum Onkelos traduce este pasaje: "Él necesitará de todos y todos necesitarán de él". Los árabes necesitan de todos, pues no tienen nada propio para ofrecer a la civilización del mundo. Todos necesitan de ellos, pues los árabes tienen el petróleo necesario para las economías occidentales. Por lo tanto, Occidente va a apoyar a los árabes, pese a sus persistentes esfuerzos por asesinar y difamar a los judíos.

Continúa nuestra fuente de estudios:
Esav fue a donde Ishmael y tomó... a la hija de Ishmael... por esposa (Génesis 28:9).
Comenta el Talmud sobre este versículo, "Lo que está conectado a lo puro es puro; lo que está unido a lo impuro es impuro. No es por nada que el estornino sigue al cuervo; es de su misma clase" (Bava Kama 92b).

Preguntan nuestros sabios por qué Esav tomó como esposa a la hija de Ishmael, dado que él ya tenía varias esposas. Está claro que todo aquello que está unido a la impureza se vuelve impuro. Por ejemplo, el cuervo es un pájaro que no es kosher. Su relación con el estornino nos enseña que el estornino tampoco es kosher. De manera similar, Esav era impuro; era un asesino, un idólatra, un adúltero y un ladrón.

Por lo tanto, buscó relacionarse con Ishmael, su suegro, quien tenía cualidades similares (Rashi, Génesis 21:9; ibid. 21:20; ver arriba, capítulo 3). El Occidente Cristiano desprecia a los árabes, al tiempo que los seguidores del Islam odian a Occidente. Su común denominador es la oposición a todo lo que es judío. Por lo tanto, Esav se casó con la hija de Ishmael. Este casamiento aseguró que sus descendientes heredarían sus rasgos. Sólo hace falta confirmarlo con su ADN.

Los judíos deben reconocer que los intentos árabes por aniquilar a Israel y destruir el mundo no derivan solamente de la intransigencia árabe y del odio a los judíos. Nuestros sabios enseñan que este largo exilio también proviene de Edom. Tanto el Imperio Romano como Arabia se han juntado, tal como Ishmael y Esav estaban "unidos en matrimonio". Sus esfuerzos conjuntos en contra de Israel y de los judíos provienen de hecho del fortalecimiento de las klipot (como resultado del pecado) que ocultan la revelación de Dios.

Más aún, y quizás más importante todavía, debemos recordar que el amargo odio de Ishmael hacia Israel, hacia los judíos y hacia el Occidente Cristiano está enraizado en el odio que ayudó a generar la destrucción del Segundo Templo. El lamentable ejercicio de la usurpación del poder (maljut) que produjo en última instancia el exilio de Roma, y el odio infundado entre los judíos, fortalecieron el maljut de las klipot. Las disputas internas entre los judíos contribuyen al antisemitismo virulento lo que, a su vez, hace que las fuerzas del mal extiendan su dominio y exacerben todavía más el exilio. Más aún, el odio hacia sí mismos o el odio indiscriminado puede ser visto como la raíz del antisemitismo. Esto se debe a que la Nación Elegida fue elegida para un propósito específico: revelar la Divinidad. El poder de los judíos como comunicadores del mensaje está con ellos todo el tiempo. Si ellos se alejan de Dios, aún pueden entregar cierta clase de mensaje. Si sienten odio, ése es el mensaje que transmiten. Así, el Rabí Najmán explico que Dios busca la unidad a partir de la diversidad y no la diversidad a expensas de la unidad.

La sociedad entre las naciones para apoyar el terrorismo árabe y la falta de derechos humanos se remonta hasta Esav e Ishmael. El Pueblo Elegido ha sido elegido para servir a un objetivo específico: revelar a Dios. Ellos pueden fortalecer el Maljut de Dios o aumentar las fuerzas de las klipot. El resultado del fortalecimiento de las klipot puede comprobarse en las guerras en contra de los judíos a lo largo de la historia, que culminaron con el holocausto y el conflicto Árabe-Israelí.

Una de las intenciones del relato bíblico del acto de la Creación fue la revelación de la Tierra Santa (capítulo 1). Desde el comienzo existió un conflicto sobre la posesión de la Tierra. Como explica Rashí (Génesis 1:1; ver también capítulo 1), "Si las naciones reclaman que ustedes han tomado la tierra que era de ellos, ustedes pueden decirles, Dios creó el mundo entero y éste Le pertenece. Él se lo puede dar a quien quiera. Él lo tomó de ustedes y nos lo dio a nosotros". En realidad, no debería haber conflicto alguno. Dios eligió a los judíos para recibir Su Torá y ser Su nación especial y así poder revelarlo. La única razón para este conflicto proviene de la negligencia en la revelación de Dios. Cada vez que existe esta dejadez, las naciones se oponen al derecho judío sobre la Tierra. Esta es la raíz de todas las libertades de elección que las naciones del mundo han ejercido sobre nosotros. Nuestra negligencia les ha dado fuerza a las klipot para disputar nuestro derecho a la Tierra, así como han recibido el poder para ocultar a Dios. Cada vez que existe una confrontación sobre nuestra posesión de la Tierra, así provenga del Islam, del cristianismo o de las naciones seculares, ello se produce debido a nuestra negligencia en la revelación del Maljut de Dios.

Más aún, el conflicto entre nosotros mismos se refleja también en la Tierra. Así como nosotros, los judíos, fuimos tomados como la Nación Elegida, la Tierra Santa fue tomada como la Tierra donde se revelaría la Divinidad. Si nosotros, como nación, estamos divididos, esto se refleja en la Tierra misma. Esto explica por qué hay algunos judíos que están deseosos de abandonar su reclamo sobre su patria ancestral y entregarla a aquellos que la reclaman.

En la historia del mundo nunca ha existido una nación tan dividida en cuanto a las opiniones sobre el derecho a su propia tierra como la de los ciudadanos del Estado de Israel. Pero si no estamos unidos, con algún motivo espiritual en común, Dios no lo permita nuestra Tierra podría ser dividida.

Rab Berl Schtudiner

¿Como reconocer a Amalek?




Esav le dijo a Amalek “Cuando veas a los israelitas débiles espiritualmente atácalos”

Mientras estaba en la cárcel en Israel, Muhammad Hassan Abu Tir el segundo candidato del Hamás vio un hecho que le despertó muchísima atención, este personaje que tiene como característica llamativa su inconfundible barba teñida de color naranja brillante que lo hace diferente a los miembros de su comunidad, en su prisión vio como un guardia de la cárcel comía un emparedado con “jametz” en la semana de Pesaj. Le dijo al guardia, acaso no sabes que ahora es Pesaj y los judíos no comen Jametz, el guardia le respondió si se que es Pesaj, pero para mi me da lo mismo y se me antojo comer este emparedado. Abu Tir el barba naranja se quedo pensando y dijo:”Un pueblo que no respeta sus mas elementales tradiciones religiosas, no tiene la fuerza espiritual para defender su causa, por lo tanto esto nos alienta a proseguir la lucha contra Israel”. Esta anécdota fue relatada a sus partidarios de modo público.

Este líder del Hamas tomo fuerzas en la cárcel para su causa, inspirado en la debilidad espiritual de un guardia judío...

Actualmente no hay modo de saber a ciencia cierta quien es descendiente de Amalek, pero un alma judía que esta afinada lo siente en su interior. Es una sensación que muchas veces nosotros hemos sentido es como la sensación al ver a un lobo dispuesto a atacar ferozmente.

A Amalek se lo reconoce también fácilmente por su personalidad, o sea por su modo de proceder, en cuando a Aman fue tan solo uno de sus descendientes y como el Rey Shaúl se apiado del Rey Amalekita y no lo elimino en el momento que debía hacerlo sino después, este tuvo tiempo suficiente de procrear con una mujer y tener descendencia y de allí nace Aman que es uno de los descendientes, hoy están ocultos dentro de las naciones.

También a Amalek se lo conoce por su odio potenciado, además de un insano orgullo y su gran inteligencia para el mal, por lo tanto la Torá es muy explicita y hay una mitzvá que nos dice “Recuerda lo que te hizo Amalek”

Amalek era un nieto de Esav. Su padre fue Elidas, el hijo mayor de Esav, y su madre Timná, la concubina de Elifáz e hija de uno de los príncipes de Seir. Nuestros Sabios dijeron: Timná era hija bastarda de Elifáz, pues éste había poseído a la esposa de Seir y de aquella relación nació Timná.

Cuando creció, procuró casarse con uno de los nietos de Abraham debido al gran renombre que habían adquirido entre las naciones. Se acercó a Yaacob, pero éste la rechazó a causa de su condición ilegítima. Entonces se dirigió a Elifáz su propio padre, quien la tomó como concubina. Así, Amalek fue un bastardo (mamzer) proveniente de una madre bastarda.


Elifáz se crió en casa de Itzjak y fue circuncidado a los ocho días de vida, pues Esav circuncidó a todos sus hijos mientras su padre vivía. Por eso, Elifáz todavía mantenía un cierto grado de decencia. Su hijo Amalek, sin embargo, nació luego de que falleciera Itzjak; por lo tanto no fue circuncidado, y creció bajo el cuidado del malvado Esav, de quien heredó un odio pertinaz hacia Yaacob y sus descendientes.

Esav dijo a Amalek: "Mucho me he esforzado por aniquilar a Yaacob, pero no lo he logrado. ¡Ocúpate de vengarte por mí!"


Amalek le preguntó: “¿Cómo puedo tener esperanzas de prevalecer sobre él?"

Esav contestó: "Haz tuya esta tradición: cuando los veas [a los descendientes de Yaacob] tambalear (o sea, débiles espiritualmente), ¡atácalos!"

Amalek vivió muchos años. Vio a Yaacob y a sus hijos descender a Egipto, y cuando fueron liberados doscientos diez años más tarde, aún seguía vivo. Cuando los vio esclavizados en Egipto, se dijo a sí mismo: "La venganza de mi abuelo Esav se ha cumplido, pues nunca serán liberados de su esclavitud. Y aunque lo sean, yo los estaré aguardando en el camino como un oso depredador, y los aniquilare-".


Los descendientes de Amalek se multiplicaron como espinas en el campo, se convirtieron en un pueblo, y él infundió en sus corazones un odio implacable y mortal hacia el pueblo de Israel. Al ver a los Hijos de Israel saliendo de Egipto, su odio estalló como una llama. Reunió a su pueblo y le tendió una emboscada. Y cuando Israel se encontraba fatigado y exhausto, se abalanzó sobre su gente y la atacó: Y vino Amalek... (Éxodo 17:8).


“Amalek un pueblo que vino para lamer la sangre de Israel.”


El odio profundamente arraigado que guarda Amalek hacia Israel no tiene paralelo con el de ningún otro pueblo antisemita. Mientras el rencor de otras naciones se ve ocasionalmente apaciguado, la aversión de Amalek es implacable y constantemente planea nuestra destrucción. Los demás enemigos del pueblo judío son sobornados y se aplacan, pero Amalek no se deja apaciguar con ningún recurso.


Las otras naciones que procuraban destruir al pueblo de Israel, al ver abatirse sobre ellas el castigo de la mano de Dios, de inmediato Sintieron miedo y se rindieron. Amalek, en cambio, nunca desistió ni se mostró vacilante. Pese a ser testigo de las maravillas y los milagros de Dios, y presenciar su venganza contra los enemigos de Su pueblo, y a sabiendas de que sería castigado de atacar a Israel, no se vio disuadido de su propósito. Toda su esencia es el odio al pueblo de Israel, un odio que es puesto de manifiesto aunque no obtenga beneficio alguno a cambio, un odio sin motivo ni razón. Es un odio por el odio mismo; un odio que nunca cesa.



Cuando el sol de nuestro Patriarca Abraham comenzó a brillar sobre el mundo y rodos los pueblos de la tierra vieron que el Nombre de Dios estaba sobre él, comprendieron que sería la fuente de sus bendiciones y lo consideraron "un príncipe de Dios" entre ellos convirtiéndose en "padre de una multitud de naciones"; Abraham – Av hamón Goim. La grandeza de Abraham radicaba en haber rechazado la idolatría v tornarse servidor de Dios únicamente. A sus hijos y familia enseñó a comportarse de acuerdo a los mandatos de Dios y a actuar con rectitud y justicia.


Ishmael, su hijo mayor, se rehusó a seguir los pasos de su padre, y nunca pretendió ser su sucesor, dejando a su hermano, Itzjak, el legado espiritual de Abraham.

Itzjak tuvo a Esav, quien cometió toda clase de aberraciones, incluyendo el robo, el homicidio y el libertinaje moral. No obstante, quería heredar ambos mundos. Cuando Dios ordenó que las bendiciones correspondieran sólo a Yaacob pues su vida era pura y todas sus acciones reflejaban su santidad y su amor hacia el prójimo, Esav comprendió que sus designios no se verían cumplidos, que tanto la primogenitura como las bendiciones habían sido concedidas a Yaacob.


Humillado, se marchó a la tierra de Seir, pero nunca abandonó la esperanza de convertirse en heredero de su padre. Por el contrario, se nutrió de un odio eterno hacia su hermano, un odio basado en los celos, y jamás dejó de pensar que la herencia de Itzjak algún día sería finalmente suya, mediante el engaño y no por derecho propio.

Esav comprendió que no lograría destruir a Yaacob, pues El Guardián de Israel no dormita ni duerme (Salmos 121:4); por lo tanto, ordenó a sus hijos que se hicieran cargo de su venganza. Algunos de ellos abandonaron la esperanza de lograrlo, ya que se decían a sí mismos: "Nunca lograremos prevalecer sobre quien es protegido por el Rey del Universo. Nuestros propios bienes nos bastan y no abrigamos deseos de recibir el legado de Abraham e Itzjak, ni sus obligaciones, ni sus derechos". Así, se apartaron del camino de Abraham e Itzjak, eligiendo vidas marcadas por una perversión incesante.

Entonces surgió un miembro vil de la familia de Esav: Amalek, un descendiente de origen despreciable, hijo bastardo y perverso, ruin y degenerado, pérfido y depravado, quien se acercó a su abuelo y le dijo: "No temo a Dios. No me avergüenza tu conducta ni la mía. No honraré los actos de los justos; aborrezco a ellos y a sus acciones. ¡Mías son la grandeza y la fortaleza! Libraré una guerra contra los hijos de tu hermano, quienes han heredado la grandeza que te pertenece. Lucharé contra ellos de frente y tendiéndoles emboscadas. Daré muerte a los rezagados y masacraré a sus más grandes figuras, hasta destruirlos a todos por completo".


Mientras aún quedaba un vestigio de decencia en Esav y en sus hijos, adquirida en la casa de Yaacob e Itzjak, no deseaban destruir la bondad y el esplendor que había en el mundo. Pero cuando nació este hijo, la encarnación misma del mal, sin nada de la fuente de la pureza, encontramos que: Y vino Amalek y luchó contra el pueblo de Israel... (Éxodo 17:8).

Por eso, en el Futuro Venidero, todas las naciones del mundo que transitaron la senda del mal abandonarán sus conductas perversas y buscarán protección bajo las alas de la Divina Presencia (Shejiná); pero Amalek, carente de vestigio de decencia alguna, en quien todas sus acciones están encaminadas hacia el mal, su fin será la desaparición:

Porque alzó la mano contra el trono de Dios, habrá guerra del Eterno contra Amalek de generación en generación (Éxodo 17:16).

“Amalek solo crece cuando el pueblo judío decae espiritualmente”

Rav Berl Schtudiner