El Talmud dice: "Tres grandes sabios, Rabbá, Ulla, (y en otro lugar, Rabí Iojanán), dijeron yete vela ijmine, " Deja que el Mashiaj llegue, pero yo no quiero verlo (es decir, yo no quiero vivir en ese tiempo).
¿Que estaba sucediendo en las mentes de estos sabios para que escribieran algo semejante, si ellos eran mucho mas sabios en Torá que la gente de nuestra generación?
El Maharal explica lo que quieren dar a entender con sus palabras: "No importa qué tan grandes seamos, no podemos garantizar que vamos a ser capaces de sobrevivir a la prueba de la llegada del Mashiaj y a las cosas que sucederán en ese tiempo. Sin embargo el Talmud continúa:
"Rabí Yosef dice: yete veijmine. "Deja que llegue y lo voy a ver. Y más aún, ¡Déjame ser merecedor de sentarme bajo la sombra de los desechos de su burro! (los desechos del burro del Mashiaj)
Cabe aclarar que burro no significa un animal sino que es una expresión kabalística, la palabra hebrea para decir burro o asno es “Jamor” mas precisamente un burro blanco “Jamor Lavan”, la palabra Jamor esta emparentada con Jomer su significado es materia, una materia blanca y se refiere a un cuerpo limpio de pecados. El cuerpo es el burro o la materia que carga ese alma tan especial que es el Mashiaj.
¿Cuál es la disputa que hay entre esos tres Sabios y Rabí Yosef?
La discusión es: ¿Por qué motivo y cual es el mérito que tenemos nosotros para ser capaces de presenciar el advenimiento del Mesías?
Existen dos formas de servir a Hashem al Dios de Israel cimentadas en un versículo de Tehilim - Salmos, "Apártate del mal y haz el bien". La primero nos indica por lo menos abstenernos del mal y alejarse de cualquier cosa que sea mala; reforzarnos en tomar distancia de toda cosa mala y que ayude al mal. En cuanto a la segunda parte nos estimula a "hacer el bien", trabajar en lo positivo y a realizar actos de bondad.
Por tal motivo los primeros tres sabios, que estaban temerosos de vivir en los tiempos del Mashiaj, estaban bajo la impresión que una persona se completa solamente concentrándose en el bien. Ellos entendieron que la gente en el tiempo antes del Mashiaj serían probados como nunca antes han teniendo que vivir inmersos inclusive dentro del mal y faltos de elementos espirituales como para combatir el mal.
"Por lo tanto" ellos dijeron, "no podemos garantizar que en esa situación estemos a la altura de de semejante prueba, por que nunca vivimos una situación tan extrema, ni siquiera la vimos.
La razón es: ya que el objetivo final es volverse bueno, ¿cómo vamos a garantizar que vamos a ser capaces de alcanzar el nivel para relacionarnos al Mashiaj en tiempos en que el mal va a prevalecer en todos lados, incluyendo en los estratos más altos?
(Esto podemos verlo por ejemplo en la actualidad en las clases intelectuales y gubernamentales de todos los países del mundo, han decaído a tal punto que hasta dicen sin sentido de vergüenza palabrotas de las mas bajas y son festejadas como si fueran proezas, ya no son un ejemplo meritorio para la juventud…)
Por consiguiente ellos dijeron, "Deja que llegue, pero no queremos estar ahí". No podemos tomar la responsabilidad de decir que podemos crear el bien necesario para tender el puente en la brecha entre nosotros y el Mashiaj".
Rabí Yosef, por otro lado, sintió que traer el Mashiaj no dependía de cuánto bien crea uno para sí mismo, sino más bien en cuánto uno se aleja del mal. Él razonó que de cualquier manera solamente Dios puede investirlo a uno con el bien real último.
El Mashiaj va a servir como un conducto al bien último, la santidad última. Sin embargo, para ser merecedor del bien último, todo lo que uno tiene que hacer es tratar lo más posible de alejarse del mal.
Por lo tanto, Rabí Yosef dice, "Deja que llegue y yo lo voy a ver", porque si el mérito de traer al Mashiaj es dependiente de no ser malo, entonces esto puede lograrse aun bajo las peores condiciones. De hecho, mientras más esté uno rodeado de mal, más oportunidad tiene de no participar en él. Y por lo tanto mayor sea el mérito".
Ahora, ¿a qué se refería Rabí Yosef cuando decía que vivir en la época pre-mesiánica será como sentarse debajo de la sombra de los desechos del burro del Mashiaj?
El profeta dice que el Mashiaj va a llegar como un hombre pobre montado sobre un burro. En realidad, existen dos palabras hebreas para persona pobre: ani y evión. Ambos no tienen nada, pero el último desea aquello que no tiene. El primero, el ani, no tiene y no quiere cosas materiales.
Mashiaj es descrito como un "ani montado sobre un burro". Él va a ser totalmente pobre en cosas mundanas y materiales, y no las va a necesitar. Va a estar montado sobre el burro. Jamor, "burro" en hebreo, también significa materialismo (la misma raíz en la palabra). Si la persona fracasa en montarse sobre el jamor, se convierte en parte del jamor, se afecta por el materialismo. Lo necesita. Lo desea. Sin embargo, Mashiaj será un ani; no lo va a necesitar; va a montarse sobre todo lo material, tan solo como algo que sirve para portar o cargar el elemento primordial.
¿Cuál es el significado de sentarse debajo de la "sombra de los desechos" de su burro?
Antes del advenimiento del Mashiaj, el judío no va a montarse encima del jamor - burro - materialismo como lo había hecho los casi 2,000 años de exilio previos.
Todo lo contrario va a estar sentado debajo de él, por que va a estar afectado por él dado que todos en ese momento se fijaran solo en los alcances materiales y la generación estará sumergida dentro de lo secundario y lo banal.
Y no sólo va a estar debajo de esas cosas materiales, sino debajo de lo mas bajo de ello es decir "de la sombra de los desechos" del burro o de las cosas menos importantes es decir del mundo material. Incluso cuando hablamos de los de desechos estamos refiriéndonos de los desperdicios del burro. Que es la parte de la sustancia dentro del alimento que el burro rechaza. Lamentablemente y en palabras más sencillas, los judíos van a estar embrollados en los desperdicios más bajos de la sociedad no judía.
Desafortunadamente, vemos qué tan verdadero es todo esto, miremos a nuestro alrededor. Lo que hoy nos resulta aceptable en esta generación, no hubiera sido aceptable un par de décadas atrás.
Aun los elementos más bajos de las generaciones previas se hubieran escandalizado por el despliegue público de libertinaje, insolencia y hasta arrogancia al actuar de ese modo.
Sin embargo, en la actualidad, denominan a tal persona "progresiva".
Llegaron hasta al colmo de dar un marco de aceptación y legalidad a las uniones morbosas y pervertidas.
Por lo tanto a donde quiera que vayamos, donde quiera que nos situemos, estaremos indefectiblemente bajo los desechos de ese burro...
Rabí Yosef dijo en efecto, "Si Dios trae una situación donde te encuentras viviendo bajo la sombra de los desechos del burro, y te puede afectar fácilmente, entonces todo lo que tu necesitas es abstenerte de esas cosas y no participas en ellas y si procedes así desde luego que tu merecerás traer al Mashiaj".
Según se entiende de las palabras de Rabí Yosef cada persona tiene una bondad interna natural producto que desde un principio Dios le dio un alma limpia y bondadosa y esta bondad a pesar del barro circundante no esta apagada sino que aunque pequeña resplandece latentemente como luz eterna.
Todo lo que hace falta es que nosotros retiremos el velo o el cortinado que la cubre por que necesita ser descubierta de los hollines y las cenizas de la perversión de los medios, de la promiscuidad, la falsedad y la superficialidad actual.
Cuando una persona siente tan siquiera un destello de santidad, tiene una experiencia inspiradora, y anhela algo más, en nuestro interior sabemos que no hay esperanzas para el alma conectándonos con la sociedad materialista de Edom o la engañosa belleza exterior de Grecia.
En una oportunidad a cierta persona le regalaron un poco de tabaco aromático que lo guardaba cuidadosamente en una pequeña cajita y cada vez que podía abría la misma para deleitarse olfateando la misma, hasta inclusive se lo mostraba a los amigos y se los daba a olfatear, dándole muchísima importancia.
Cierto día fue de visita al Rabí Jafetz Jaim que vivía en su ciudad y que era un hombre muy sabio y piadoso, con la intención de mostrarle su cajita de tabaco.
Ingreso a la casa del Rabí donde atendía a la gente que solía ir para diferentes asuntos comunitarios y para pedir consejos en situaciones familiares o preguntas halajicas.
Entro muy alegre al despacho del rabí, y este le pregunto que lo traía por allí, el le saludo y lo primero que hizo fue mostrarle el regalo, a su vez le expreso de las bondades aromáticas de ese tabaco. El rabí que tenía una ocupación muy importante para toda la comunidad, escucho atentamente toda la alocución sobre la cajita de tabaco.
Luego de pasar un largo rato escuchando el tema y todas las bondades del aroma, el Rabí, le dijo: “Sabes que antes de nacer, tu alma era muy importante ya que la misma partió debajo del trono de Dios, tu hiciste un viaje tan largo desde las alturas donde se encuentra el Trono Divino, ¿Tan solo para embelesarte y mostrar las bondades aromáticas de este tabaco?”
Así nos sucede a todos alguna vez nos fascinamos por las cosas superfluas y nos alejamos totalmente de lo mejor de nosotros mismos.
¿Que sucedería si hiciéramos a la inversa?, intenta probarlo, aléjate voluntariamente de lo superficial y del circo romano por un tiempo, digamos un mes.
Aléjate por ejemplo de la turbulencia de las noticias, de la inercia mundana, nada les debes a ellos, tampoco ellos te extrañaran, experimenta un tiempo para redescubrir tu propia santidad, y la grandeza de esa luz interior que Dios puso dentro de tu alma, no haz venido a este mundo, tan solo para olfatear un poco de tabaco.
Rab Berl Schtudiner
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