"Santifícate y sé santo; puesto que yo soy santo" (Vaikrá 11:44).
"Serás santo hacia Mí, puesto que yo el Señor soy santo y te he apartado de los otros
pueblos para que seas Mío" (Vaikrá 20:26).
La palabra hebrea “kosher o kasher” significa “apto”. Las leyes de kashrut especifican los alimentos que son aptos para el consumo de un judío.
Las leyes de kashrut fueron ordenadas por Dios a los judíos en el desierto de Sinaí. Moisés enseñó al pueblo y escribió los fundamentos de estas leyes, que las encontramos en su mayoría en Levítico 11 y también en Deuteronomio 14; los detalles fueron transmitidos a través de las generaciones y luego fueron recopilados en forma detallada en la Mishná y el Talmud.
A ellas se le agregaron algunas ordenanzas decretadas a través de las generaciones por las autoridades rabínicas como "vallas" de protección para las leyes desprendidas de la Torá.
A través de la historia milenaria del judaísmo, la observancia de kashrut ha sido una identificación judía. Quizás más que cualquier otra "mitzvá", las leyes de kashrut nos reflejan que el judaísmo es mucho más que una "religión".
Para el judío, la santidad no se limita a los lugares y momentos sagrados, por que toda la vida en si es sagrada. Incluso la actividad aparentemente frívola como es comer es de por si un acto Divino.
En lo que respecta a la acción de alimentarse o comer la persona no tiene diferencias con los animales, si no habría ninguna santidad en la alimentación seriamos como el resto de las criaturas vivas.
Las leyes del kasherut, nuestra dieta judía no señala solamente una dieta para el cuerpo sino también para el alma.
Si bien es una dieta que cuida nuestro bienestar físico, su objetivo principal es el bienestar espiritual. Aún cuando algunas partes del código de la kasherut tratan de enfermedades y daños a los órganos que transforman al animal en “trefá” es decir en “no apto”, por razones que son evidentemente higiénicas o relacionadas con la salud, y aunque los judíos nunca pusieron en duda el contenido higiénico de las leyes dietéticas los mandamientos de Dios no pueden ser sino beneficiosos para el hombre en todos los aspectos, tanto físicos como espirituales, las consideraciones higiénicas o de salud no fueron tomadas como el primer objetivo de la kashrut.
“Su contenido hace también una diferencia interior, necesaria en realidad”, más aún, la limitación de los animales que pueden ser consumidos, las exigencias de matanza ritual, la eliminación de la sangre del cuerpo, la no cocción de carne y leche conjuntamente, muchas de ellas nada tienen que ver con las pautas o teorías de salubridad, sino que son mandatos que tienen un motivo espiritual. Cuando la Torá nos habla con respecto a las leyes de nuestra comida nos estamos encontrando con un llamado a la santidad.
En Vaikrá - Levítico 11, al final de la sección que se dedica a especificar lo que se puede y lo que no se puede comer, concluye con el llamado:
"Porque yo soy el Señor, vuestro Dios; vosotros os santificaréis y seréis santos, porque Yo soy santo" (Vaikrá - Levítico 11:44).
Autor: Rab Berl Schtudiner
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